Por Juan María Gallardo. Segunda parte del capítulo I del Directorio para la Catequesis 2020

 

Temas que se tratan en la tercera meditación

El proceso de la evangelización

31. La evangelización es un proceso,
por el que la Iglesia,
movida por el Espíritu Santo
anuncia el Evangelio
que se difunde por todo el mundo.

En este proceso, la Iglesia:

– impulsada por la caridad,
impregna y transforma todo el orden temporal,
asumiendo las culturas y ofreciendo la luz del Evangelio
para que se renueven desde dentro;

– se acerca a todos,
solidarizándose,
compartiendo,
dialogando,
dando testimonio de la novedad de vida de los cristianos,
para que cuantos la encuentran
lleguen a interrogarse sobre el sentido de la existencia y
sobre las razones de ser de esa fraternidad y esperanza;

– proclama abiertamente el Evangelio
mediante el primer anuncio,
llamando a la conversión;

– inicia en la fe y en la vida cristiana,
mediante el itinerario catecumenal
(catequesis,
sacramentos,
ejercicio de la caridad,
experiencia fraterna)
a los que se convierten a Jesucristo,
o a los que retoman el camino de su seguimiento,
incorporando a unos y
reconduciendo a otros
a la comunidad cristiana;

– mediante
una educación permanente de la fe,
la celebración de los sacramentos y
el ejercicio de la caridad alimenta
en los fieles
el don de la comunión y
despiertan la misión,
enviando a todos los discípulos de Cristo
a anunciar el Evangelio
con obras y palabras.

32. La evangelización comprende varias etapas y momentos
que pueden repetirse si es necesario…

Esos momentos
no son solamente etapas sucesivas,
una después de otra, sino,
dimensiones de un proceso.

33. La acción misionera es
el primer momento de la evangelización.

a. El testimonio
implica
la apertura del corazón,
la capacidad de diálogo,
las relaciones recíprocas,
la disponibilidad
para reconocer
los signos del bien y
la presencia de Dios
en las personas
que se encuentran.

Dios sale al encuentro…
Él llega siempre primero…

El primado de la gracia
es fundamental en la evangelización.

El testimonio
que se expresa como un diálogo respetuoso
se hace anuncio.

b. La disposición
a la fe y
a la conversión inicial
tiene como objetivo
despertar el interés por el Evangelio
a través del primer anuncio.

El Espíritu Santo
toca misteriosamente el corazón de las personas:
buscadoras de Dios,
no creyentes,
indiferentes,
miembros de otras religiones,
personas con un conocimiento
distorsionado o superficial de la fe,
cristianos de fe débil o
que se han alejado de la Iglesia.

El interés despertado,
sin ser todavía una decisión estable,
crea las disposiciones
para la aceptación de la fe.

Ese primer movimiento
del espíritu humano
en dirección a la fe,
que ya es fruto de la gracia,
recibe varios nombres:
atracción a la fe,
preparación evangélica,
inclinación a creer,
búsqueda religiosa.

La Iglesia denomina simpatizantes a los que muestran esta inquietud.

c. El tiempo
de búsqueda y
de maduración
es necesario
para transformar
el primer interés por el Evangelio
en una elección consciente.

La comunidad cristiana,
de acuerdo con la obra del Espíritu Santo,
recibe con satisfacción la petición de los que buscan al Señor y
durante un periodo necesario,
por medio de los que ella nombra,
realiza una primera forma de
evangelización y discernimiento,
a través del acompañamiento y
el anuncio del kerygma.

Este tiempo,
llamado precatecumenado
en el itinerario de
la iniciación cristiana,
es importante
para la recepción del anuncio y
para una respuesta y
conversión inicial.

Lleva consigo
el deseo
de alejarse del pecado y
de seguir los pasos de Cristo.

34. La acción catequística-iniciática
está al servicio de la profesión de fe.

Quienes han encontrado a Jesucristo
sienten deseos de conocerlo más íntimamente,
manifestando así
una primera elección
por el Evangelio.

En la comunidad cristiana, la catequesis
junto con
los ritos litúrgicos,
las obras de caridad y
la experiencia fraterna,
«comienza con el conocimiento de la fe y
con el aprendizaje de la vida cristiana,
fomentando un camino espiritual
que provoca un cambio progresivo
de sentimientos y costumbres,
que trae
renuncias,
luchas
y alegrías.

El discípulo de Jesucristo
estará preparado
para la profesión de fe,
cuando
a través de la celebración de los sacramentos de iniciación
quede injertado en Cristo.

Esta etapa
es denominada
purificación e iluminación
en la iniciación cristiana.

35. La acción pastoral

alimenta la fe
de los bautizados y
los ayuda
en el proceso de conversión.

Todos los bautizados,
movidos por el Espíritu,
alimentados
por los sacramentos,
la oración,
el ejercicio de la caridad y
ayudados por la educación permanente de la fe,
procuran hacer suyo el deseo de Cristo
“sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48)».

Esta es la llamada a la santidad
para entrar en la vida eterna.

El comienzo de este paso
corresponde al tiempo de la mistagogía
en el itinerario de la iniciación cristiana.

36. Durante este proceso de evangelización,
se realiza el ministerio de la Palabra de Dios,
para que el mensaje evangélico llegue a todos.

Este ministerio o servicio de la Palabra
transmite la Revelación:
Dios, que habla por medio de hombres a la manera humana,
se sirve de la palabra de la Iglesia.

Por medio de la Iglesia,
el Espíritu Santo
llega a toda la humanidad;
Él es aquel
por el cual
la voz del Evangelio
resuena viva en la Iglesia,
y por ella en el mundo.

37. No hay evangelización verdadera,

mientras no se anuncie
el nombre,
la doctrina,
la vida,
las promesas,
el reino y
el misterio de
Jesús de Nazaret Hijo de Dios.

La Iglesia,
desde la era apostólica,
se ha servido de muchos modos
de ofrecer a todos
de la Palabra de Dios:
– el primer anuncio;
– las distintas maneras de hacer catequesis;
– la homilía y la predicación;
– la lectura orante, también en la forma de lectio divina;
– la piedad popular;
– el apostolado bíblico;
– la enseñanza de la teología;
– la enseñanza escolar de la religión;
– estudios y encuentros que relacionan
la Palabra de Dios y
la cultura contemporánea
incluso en un espacio
interreligioso e intercultural.

4. LA EVANGELIZACIÓN EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO

Una nueva etapa evangelizadora

38. La Iglesia se sitúa
en una nueva etapa evangelizadora,
en este cambio de época.

Nuestro mundo es complejo,
atravesado por profundos cambios,
incluso en Iglesias de tradición antigua
se dan fenómenos de abandono de la fe eclesial.

El propio camino de la Iglesia
está marcado
por dificultades y
exigencias de renovación
espiritual,
moral y
pastoral.

Y el Espíritu Santo
sigue despertando
en las personas
la sed de Dios
y, en la Iglesia,
un nuevo fervor,
nuevos métodos y
nuevas expresiones
para anunciar
la buena nueva
de Jesucristo.

39. El Espíritu Santo
es el alma
de la Iglesia evangelizadora.

No hay mayor libertad
que la de dejarse llevar
por el Espíritu,
renunciar a calcularlo y
controlarlo todo,
y permitir que Él
nos ilumine,
nos guíe,
nos oriente,
nos impulse
hacia donde Él quiera.

Él sabe bien
lo que hace falta
en cada época y
en cada momento.

40. La espiritualidad
de la nueva evangelización
se realiza hoy
por una conversión pastoral,
mediante la cual
la Iglesia
es invitada a
realizarse
en salida,
siguiendo un dinamismo
que atraviesa toda la Revelación
y situándose
en un estado permanente de
misión.

Este impulso misionero
también lleva a
una verdadera reforma
de las estructuras y
dinámicas eclesiásticas,
para que todas
se vuelvan más
misioneras,
es decir,
capaces de vivir
con audacia y creatividad
tanto en el panorama cultural y religioso
como en el ámbito de toda persona.

Cada bautizado,
como «discípulo misionero»
es sujeto activo de esta misión eclesial.

41. Esta nueva etapa de evangelización
abarca
toda la vida de la Iglesia y
se realiza
fundamentalmente
en tres ámbitos:

a. En primer lugar,
está el ámbito de
la pastoral ordinaria,
que se realiza
en comunidades cristianas
|| con estructuras eclesiales
adecuadas y sólidas;
tienen
un gran fervor
de fe y
de vida;
irradian
el testimonio del Evangelio
en su ambiente y
sienten el compromiso
de la misión universal.

También se incluyen
en este ámbito
los fieles que conservan una fe católica intensa y sincera,
expresándola de diversas maneras,
aunque no participen frecuentemente del culto.

Esta pastoral
se orienta al crecimiento de los creyentes,
de manera que respondan
cada vez mejor y
con toda su vida
al amor de Dios.

b. En segundo lugar,
está «el ámbito de
las personas bautizadas
que no viven las exigencias del Bautismo,

no tienen una pertenencia cordial a la Iglesia y
ya no experimentan el consuelo de la fe.

En este grupo
hay muchos
que han concluido
el itinerario de iniciación cristiana y
ya han participado
en las catequesis o
en la educación religiosa de la escuela.

La Iglesia intenta utilizar métodos nuevos,
usando nuevos lenguajes,
apropiados a las diferentes culturas del mundo,
proponiendo la verdad de Cristo
con una actitud de diálogo y de amistad.

c. En tercer lugar,
está el ámbito de
«quienes no conocen a Jesucristo o
siempre lo han rechazado.

Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio.

Los cristianos tienen el deber de anunciarlo
no como quien impone una nueva obligación,
sino como quien comparte una alegría.

La Iglesia
no crece por proselitismo
sino «por atracción».

(…) Iniciativas
para proponer
la buena nueva
manifestando la fuerza de la misericordia,
corazón mismo del Evangelio, y
promoviendo la inclusión
de los que se convierten a la comunidad eclesial.

Evangelización de las culturas e inculturación de la fe

42. La Iglesia
reconoce los signos de los tiempos
y está llamada a mirar la historia
con los mismos ojos de Dios

43. Evangelizar significa
despertar procesos espirituales.

Es imperiosa la necesidad de evangelizar las culturas.

En los países de tradición católica
se tratará de
acompañar,
cuidar y
fortalecer
la riqueza que ya existe,
y en los países
de otras tradiciones religiosas o
profundamente secularizados
se tratará de procurar
nuevos procesos de evangelización de la cultura,
aunque supongan proyectos a muy largo plazo.

44. Tarea de la Iglesia es
proteger fielmente el depósito de la fe
y en la situación actual de distancia
entre fe y cultura,
es urgente repensar la evangelización
con nuevas categorías y
nuevos lenguajes.

45. Cada cultura tiene su propia identidad,
pero muchas expresiones culturales
se difunden con el fenómeno de
la globalización.

46. En la cultura predominante,
el primer lugar está ocupado
por lo exterior,
lo inmediato,
lo visible,
lo rápido,
lo superficial,
lo provisorio.

Ahora
se confía
un papel central a
la ciencia y a
la tecnología,
como si ellas solas
pudieran responder
a las preguntas más profundas.

47. En este contexto cultural
los medios de comunicación
han ido más allá de la comunicación.

No sólo han cambiado el modo de comunicar;
están realizando una transformación cultural.

Se está desarrollando
una nueva forma
de aprender y de pensar.

Para la Iglesia
la revolución
de los medios
de comunicación y
de la información
constituye
un desafío
grande y apasionante
que requiere energías renovadas y
una imaginación nueva
para transmitir a los demás la belleza de Dios.

La catequesis al servicio de la nueva evangelización

48. Es necesario que la catequesis
desarrolle
los puntos fundamentales
para que toda persona esté abierta
al encuentro personal con Cristo.

La catequesis «en salida misionera»

49. Única
es la misión que Jesús
ha transmitido a su Iglesia:
La missio ad gentes.

50. La catequesis es tarea en salida misionera.

La catequesis en el signo de la misericordia

51. El misterio de la fe cristiana encuentra su síntesis en la misericordia.

No hay anuncio de fe si no hay un signo de misericordia.

La práctica de la misericordia es ya una auténtica catequesis;
es catequesis en acto,
es el testimonio claro
para creyentes y no creyentes

52. La catequesis puede también comprenderse como
la obra de misericordia espiritual de
«enseñar al que no sabe».

Ofrecer a posibilidad de salir de la ignorancia
de la propia identidad y de la vocación.

La catequesis como “laboratorio” de diálogo

53. La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir.

Este diálogo es valiosa contribución a la paz.

54. La catequesis adoptará este estilo de diálogo,
de modo que el rostro del Hijo
se haga más fácilmente visible,
al igual que en el encuentro con la samaritana.

Se trata de adquirir un diálogo pastoral
sin relativismos,
que no negocia la propia identidad cristiana,
sino que quiere alcanzar el corazón y allí
sembrar el Evangelio.

Los sacerdotes Juan María Gallardo y José Luis ‘Cote’ Quijano realizaron 18 programas sobre el nuevo Directorio para la Catequesis, que se pueden encontrar en una lista de reproducción del canal de YouTube de Hora 60.

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