SAN MATEO, APÓSTOL Y EVANGELISTA.

Por Juan María Gallardo.

Fiesta: 21 de septiembre.

San Mateo es el séptimo de los apóstoles escogidos por Jesús. Le habían precedido Andrés y Pedro, Juan y Santiago, Felipe y Bartolomé, simples pescadores. Mateo era publicano, del gremio odioso y despreciable de los que cobraban impuestos a favor del extranjero opresor. Eran tan despreciables estos colaboracionistas con el poder de Roma que, cuando los fariseos quieren acusar a Jesús, dirán de Él que come con publicanos y pecadores, que para ellos significaba lo mismo. Jesús les devolverá la acusación y les dirá a los fariseos que los publicanos y las prostitutas les precederán en el reino de los cielos.

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Uno de estos publicanos era Leví Mateo. La elección sucedió en Cafarnaúm, cruce de caminos y punto estratégico, donde Leví tenía su mesa de recaudación. La escena es sugestiva por la rapidez de los movimientos. Pasaba por allí Jesús, vio sentado a Levi cobrando los impuestos y, sin preámbulos, le dijo: Sígueme. Y él, dejándolo todo, se levantó y echó a andar en pos de Jesús. Respuesta rápida, incondicional, definitiva. Dejaba una ganancia segura, pero conseguía otra mejor: la amistad con Jesús. Había que celebrarlo y lo celebró con un banquete presidido por el mismo Jesús.

El Maestro le había fascinado y en adelante ya no recogerá siclos y dracmas, sino palabras de vida y tesoros de verdad. Deja para siempre toda su vida pasada y cambia el nombre de Leví por Mateo, don de Dios. Toda su atención será ahora ser un verdadero discípulo del Maestro, escuchar atentamente sus palabras y rumiarlas para recordarlas. Luego las recogerá minuciosamente en un libro, en el que sólo le interesará la persona de Jesús. De sí sólo dirá que fue un publicano, para que resalte más la bondad del divino Maestro que un día lo llamó. Por eso Mateo, además de apóstol, es evangelista. Su Evangelio, posterior al de Marcos, sigue el mismo esquema que Marcos. Pero inserta también gran cantidad de material nuevo, la mitad de su Evangelio. El amable recaudador supo ahora recoger con  cariño y precisión las palabras de Jesús. Antes de alejarse, como los demás apóstoles, a predicar el Evangelio, quiso dejarnos escrito lo que él había visto y oído al Maestro.

SAN MATEO, APÓSTOL Y EVANGELISTA.

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