SAN ALBERTO DE SICILIA.
Por Juan María Gallardo.
Fiesta: 30 de agosto.
Benito Degil Abatti y Juana Palizi eran un matrimonio modelo que vivían cerca de la ciudad de Trápani, en la bella Sicilia. Allí, en Trapani, tenían un convento los religiosos carmelitas que gozaba de un gran renombre por la santidad de los religiosos que allí moraban. Este matrimonio profesaba una tierna devoción a la Virgen María que en aquella iglesia se veneraba. A ella le hicieron un día esta promesa: «Madre, ya llevamos 26 años casados y sin tener descendencia. Si ha de ser para gloria de tu Hijo y tuya y para bien de la humanidad os rogamos nos concedáis descendencia y os prometemos consagrarla a vuestro servicio». Los dos estaban de acuerdo en aquella común oración que casi sin darse cuenta salía de los labios de ambos.
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Poco tiempo después les nacía un hermoso niño al que pusieron por nombre Alberto. Procuraron educarlo lo mejor que pudieron. Su padre, cuando todavía Alberto era muy niño, ya trataba de prepararle un ventajoso matrimonio, según era costumbre de la época, pero su esposa Juana le hizo desistir al recordarle el voto que habían hecho de común acuerdo. Benito reflexionó y comprendió que Juana tenía razón y así expusieron a Alberto que eligiera lo que él quisiera. Que se sintiera completamente libre.
SAN ALBERTO DE SICILIA.