PROYECTO DE LEY SOBRE SUICIDIO ASISTIDO EN GRAN BRETAÑA.
Por Nicolás Lafferriere.
El 29 de noviembre de 2024 la Cámara de los Comunes aprobó, en segunda lectura, el proyecto de ley sobre Adultos en situación terminal —final de la vida— (‘Terminally Ill Adults —End of Life— Bill’) que habilita a esos pacientes a solicitar asistencia para poner fin a su vida.
La iniciativa considera elegibles para la ayuda a morir a personas mayores de 18 años, residentes en Inglaterra o Gales, con capacidad de tomar la decisión y registrado como paciente, que tiene una enfermedad o condición médica irremediablemente progresiva que no puede ser revertida por un tratamiento y se espera que la muerte se produzca en el plazo de seis meses. El proyecto aclara que no se considera en situación terminal a una persona con un desorden mental —según la ley de Salud Mental de 1983— o una discapacidad de acuerdo con la Ley de Igualdad de 2010 —sección 6—.
El proyecto regula en detalle cómo es el procedimiento. En este sentido, aclara que ningún médico tiene la obligación de mencionar el tema de esta ley con un paciente. Pero nada impide que, si lo considera apropiado, pueda proponer al paciente discutir el tema. Se establece cómo deben darse las primeras conversaciones sobre el tema, los requisitos de la primera solicitud, la verificación de la identidad, la evaluación del médico coordinador y de un consultor médico independiente.
Una vez que se cuentan con las evaluaciones positivas de los dos médicos, la persona realiza la solicitud ante el Alto Tribunal —High Court—para que se verifiquen si se cumplen los recaudos de la ley. Luego de el pronunciamiento del tribunal, la persona debe confirmar su pedido, en lo que se denomina segunda declaración.
Se regula la posibilidad de firma de la declaración por un representante a pedido del paciente que está imposibilitado de firmar por razones de imposibilidad física, por no saber leer o por otra razón. También se regula la posibilidad de cancelar la solicitud.
En cuanto a cómo se realiza el procedimiento, el proyecto regula cómo el médico coordinador debe proveer de una sustancia aprobada por la ley para que el paciente se la autoadministre y provoque su propia muerte. El médico coordinador debe constatar que la persona tiene la capacidad de tomar la decisión, tiene un deseo claro, firme e informado de terminar su propia vida y lo solicita libremente y sin coerción o presiones. Se regula cómo se debe preparar la sustancia para la propia administración por la persona, preparar un dispositivo médico para que se la autoadministre y asistir al paciente para ingerir o autoadministrarse la sustancia. El médico debe permanecer con el paciente hasta que fallezca o se determine que el procedimiento ha fallado, o la persona decida no quitar su vida.
Se regula que los profesionales de la salud no tienen una obligación de proveer ayuda para morir según la ley y no deben ser perjudicados por sus empleadores si se niegan a participar en el procedimiento.
Se dispone que no habrá responsabilidad criminal o civil por proveer ayuda para morir.
Se regulan los delitos vinculados con las presiones que actúan con deshonestidad, coerción o presión para que un paciente decida su propia muerte. También sobre falsificación o destrucción de documentación.
En definitiva, se trata de una iniciativa que, si bien está acotada a supuestos de suicidio asistido, marcan un quiebre en la protección de la vida de los pacientes y por tanto supone una violación del derecho a la vida. La iniciativa recibió 330 votos a favor y 275 en contra. Resta la tercera lectura en el Cámara de los Comunes y que el proyecto sea luego analizado por la Cámara de los Lores.
PROYECTO DE LEY SOBRE SUICIDIO ASISTIDO EN GRAN BRETAÑA.