PONEOS EN CAMINO.
Por Mario Ortega.
Lc 10, 1-9. Poneos en camino. 18 octubre. San Lucas
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El reino de Dios ha llegado a vosotros’».
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- ¡Poneos en camino! Les dice con claridad y firmeza Jesús a los setenta y dos discípulos que envía en su nombre a anunciar el Evangelio. Nos quiere en camino, peregrinos, con un objetivo claro y con mil dificultades a superar. No podemos quedarnos parados, pensativos e indecisos. Cuando decimos que hay que hacer un alto en el camino y considerar bien por dónde vamos, esta parada no se puede prolongar mucho. Poniéndose en camino es como el Señor se nos va mostrando, nos va mostrando su Voluntad.
- La acción se impone, además, porque la mies es mucha y los discípulos son pocos. Porque son demasiadas las personas que viven en la oscuridad de no conocer a Cristo y nosotros resulta que somos los portadores de la luz. ¡Poneos en camino! Jesús nos envía delante de Él a las ciudades a donde piensa ir. Delante de Él no quiere decir sin Él. Él está siempre detrás de nosotros, sosteniéndonos y sugiriéndonos siempre al oído del corazón los pasos que debemos dar, y los giros hacia un lado u otro, que tenemos que hacer. Vamos siempre sobre seguro. “Nada temeré, porque tú vas conmigo”, decimos al Buen Pastor, usando las palabras del salmo 22.
- San Lucas, que celebramos hoy, se puso en camino siguiendo la estela de San Pablo. Fue recopilando datos con los que compuso el tercer Evangelio y también el libro de los Hechos de los Apóstoles. Entre sus fuentes, se encontró también la Virgen María, ya que es el único de los evangelistas que nos cuenta con detalle el momento de la Encarnación del Verbo, misterio que sólo pudo saber porque se lo contó María.
