La Conferencia Episcopal Haitiana (CEH) aseveró que «todo el mundo está en guardia, todos nos sentimos amenazados», al lanzar una «voz de alarma» por la catastrófica situación y el constante deterioro de la crisis de seguridad en el país, en un reciente mensaje dirigido al Gobierno, a la sociedad civil, y a todos los fieles.
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«No hay vida, propiamente dicha, en el país», aseguraron los prelados, tras indicar que la capital de Puerto Príncipe está rodeada de bandas, las escuelas permanecen cerradas y toda actividad quedó paralizada. Precisaron que incluso el aeropuerto internacional Toussaint Louverture está cerrado, «lo que aísla a Haití del resto del mundo».
Max Leroy Mesidor, presidente de la CEH, enfatizó que «todo el mundo está en guardia, todos nos sentimos amenazados», a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). «Desde hace ya 2 años venimos practicando una pastoral de supervivencia, pero desde el 11 de noviembre la violencia se agravó aún más», indicó Mesidor.
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