El presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, Pablo Virgilio David, destacó a la «familia fundada en el matrimonio», en una declaración, emitida en nombre de todos los obispos, que forma parte del debate en curso después de que la Cámara Baja del Parlamento filipino aprobó en mayo pasado una ley que establecería el divorcio, y se espera que el Senado también debata la cuestión. Filipinas es el último país del mundo que no tiene una ley de divorcio.
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Suscríbase al boletín de VenL«¿No deberíamos preguntarnos, basándonos en investigaciones y estadísticas, si la legalización del divorcio en todo el mundo contribuyó realmente a proteger el bien común y el bienestar de la familia?», cuestionó. «Piensa cuántas veces tu padre durmió ‘fuera del kulambo’ o tu madre hizo las maletas y te llevó con ella a casa de sus padres por un malentendido entre ambos. Piensa qué habría sido de tu familia si hubiera existido el divorcio civil cuando eras mucho más joven y tus padres atravesaban serios problemas en su relación», planteó.
Consideró que «si bien es cierto que algunos matrimonios pueden ser ya irrecuperables, ¿no es igualmente cierto que pasar por crisis matrimoniales es casi normal para todas las parejas casadas y no tiene por qué acabar demasiado rápido con una separación?». «¿No deberíamos escuchar también las historias de parejas que sufrieron crisis en su relación matrimonial y que, al cabo de muchos años, miraron atrás y se dieron cuenta de que su vínculo no se había roto?», afirmó, en la misiva titulada ‘Una nación fundada en la familia, una familia fundada en el matrimonio’.
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