Los obispos de Extremadura afirmaron que «no puede prohibirse la comunión en la boca» con motivo de la pandemia de coronavirus, en un comunicado que difundieron el lunes 19 de octubre. El mensaje fue emitido tras la reciente reunión de los prelados de la provincia eclesiástica de Mérida-Badajoz. Extremadura, que tiene más de 1.000.000 de habitantes, es una de las zonas de España menos afectadas por el COVID-19, con 13.800 infectados, 2.600 recuperados y 646 muertos.
El arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, el obispo de Plasencia, José Luis Retana, y el administrador diocesano de Coria-Cáceres, Diego Zambrano, pidieron «evitar restricciones arbitrarias o que se limiten los derechos de los fieles». «En concreto, por más que sea preferible la comunión en la mano por razón de la situación, no puede prohibirse la comunión en la boca, como ha ocurrido en algunas ocasiones, a veces incluso cuando el fiel estaba ya a punto de recibirla», explicaron, en el texto en el que exhortaron a los fieles a que no reemplacen la Misa presencial por la de los medios de comunicación «más allá del tiempo necesario».
«Confiamos al buen sentido pastoral de los sacerdotes que procuren fórmulas que permitan vivir con paz y sin tensión un momento como ése, de particular intensidad espiritual», indicaron, luego de agradecer a los presbíteros y a los fieles «el esfuerzo realizado por adecuar los espacios litúrgicos y el comportamiento de todos a las indicaciones sanitarias, consiguiendo, de esta forma, celebraciones seguras, gozosas y bien dispuestas, como corresponde a la casa del Señor».