El comité ejecutivo de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos (CCCB), presidido por el arzobispo Richard Gagnon, exhortó a mejorar la atención de los ancianos durante la pandemia por el coronavirus, al lamentar la atención institucional inadecuada que recibieron los mismos en este contexto, en una carta pastoral titulada ‘Todavía dan frutos en la vejez: una lección sobre el cuidado en medio de la pandemia COVID-19‘, difundida el 14 de julio pasado.
Los obispos de Canadá denunciaron que muchos ancianos atravesaron diversas situaciones, como negligencia y aislamiento en el último tiempo, al tiempo que destacaron las enseñanzas que puede brindar la situación vivida por la pandemia. Consideraron que una de las lecciones importantes va dirigida a la generación más joven. «Mucho antes del COVID-19, los ancianos y los discapacitados eran frecuentemente excluidos u olvidados, no solo por la sociedad en general, sino en muchos casos por sus comunidades religiosas e incluso por sus seres queridos», aseveraron. Además, explicaron que desde antes del coronavirus, los ancianos se enfrentaron a una deficiencia en el cuidado de su salud mental y física, y un desprecio por sus necesidades emocionales, espirituales y relacionales.
«Al inicio de la pandemia surgieron condiciones particularmente alarmantes en los centros de atención de ‘largo plazo’ e instituciones similares, que el gobierno y las autoridades sanitarias empezaron a notar. Muchos ancianos -de esos centros- soportaron semanas prácticamente en soledad para evitar contraer el virus incluso de los cuidadores, y muchos de ellos murieron sin la presencia de familiares o del soporte y la fuerza de los sacramentos de la Iglesia y el cuidado pastoral. Esto es desgarrador», lamentaron los prelados de Canadá sobre los ancianos. «Esperamos que los canadienses ganen mayor conciencia sobre cómo nuestra cultura prioriza la libertad, los deseos y la elección de las personas, y lamentablemente, también tiende a descuidar los derechos y responsabilidades que promueven el bien común de la sociedad y la dignidad de cada persona, especialmente, los ancianos», aseguraron.