El obispo de Chascomús, Juan Ignacio Liébana, afirmó que «cuidar lo sagrado del pesebre, es cuidar lo sagrado de la familia; no queremos que atropellen, ni maltraten», al pronunciarse en una nota titulada ‘El pesebre no se mancha’, el jueves 19 de diciembre, sobre la blasfemia que fue transmitida recientemente en un canal de transmisión en directo en la Ciudad de Buenos Aires.
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«Hace un tiempo sucedió con la Última Cena en los Juegos Olímpicos, ahora con la parodia del pesebre durante un programa de televisión. ¿Tanto nos cuesta la tolerancia?. Para nosotros, los cristianos, el pesebre y la Navidad son símbolos muy valiosos y sagrados que queremos cuidar y custodiar. Nos duele cuando no se respeta aquello que nos identifica, porque se nos lastima en nuestra identidad más profunda», indicó.
Consideró que «frente a la estupidez humana, Jesús muchas veces guarda silencio, como frente a Herodes durante su Pasión». «Sin embargo, al celebrar la Misa ayer en la Unidad Penitenciaria N°6 de Dolores, y al ver a los detenidos tomar en sus manos, con tanto respeto y cariño, adorando en silencio al Niño Dios, sentía que tenía que decir algo. La palabra nos ayuda a poner límite, a decir ‘hasta aquí llegaste’, ‘respeta mis derechos’, ‘no da todo lo mismo’», enfatizó.
«Para nosotros, los cristianos, celebrar la Navidad, es reconocer nuestra dignidad infinita de hijos amados de Dios. Es reconocer el valor infinito de la vida humana, que Dios tomó sobre sí, haciéndose uno de nosotros. Cuidar lo sagrado del pesebre, es cuidar lo sagrado de la familia, de las tradiciones, de nuestra identidad religiosa y cultural, que no queremos que atropellen, ni maltraten», afirmó Liébana.
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