El obispo de Pemba, Mozambique, António Juliasse Ferreira Sandramo, denuncia nuevos atentados de grupos islamistas en la provincia de Cabo Delgado, que desde 2017 está asolada por la violencia de yihadistas. El ejército mozambiqueño, con la asistencia de contingentes militares extranjeros, logró recuperar este año gran parte del territorio que estaba en poder de los yihadistas. Sin embargo, la inseguridad y violencia en el país se mantiene, del mismo modo que la situación de los más de 850.000 desplazados.
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Suscríbase al boletín de VenL«La inseguridad prevalece, los desplazados internos siguen siendo numerosos. Personalmente pido que se rece. Recen por mí y recen por la paz», imploró el prelado, en su llamamiento en el que se refiere a la situación actual en la provincia mozambiqueña, afectada por el yihadismo, que continúa delicada y donde la población desplazada requiere ayuda humanitaria. «Siguen produciéndose atentados terroristas especialmente en la región de Nangade; muchos pueblos fueron atacados en los últimos 3 meses. Como Iglesia, sólo podemos ayudar humanamente a quienes se ven obligados a desplazarse de un lugar a otro. La cuestión de la seguridad está en manos del gobierno y de los socios internacionales», indicó.
Explicó que a pesar de las numerosas víctimas que asesinaron, los islamistas destruyeron infraestructuras sociales y económicas, incluidas iglesias y residencias pertenecientes a la Iglesia católica, y que actualmente no hay planes para reconstruirlas. «La situación más grave se da en Muidumbe, donde la iglesia y la casa de los sacerdotes, donde teníamos una radio comunitaria, fueron destruidas. Por tanto, ahí sí que necesitaremos mucha inversión para reconstruir la misión parroquial. Y la iglesia de Mocímboa da Praia también está destruida», aseveró el obispo de Mozambique, quien denuncia los atentados islamistas.
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