El obispo de Karonga, en Malaui, Martin Mtumbuka, indicó que «las comunidades pequeñas se construyen ellas mismas una iglesia», en una visita a la sede internacional de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre, en la que destacó la vitalidad de la Iglesia en África y se refirió a los logros y las dificultades de la jurisdicción eclesiástica. Explicó que la principal preocupación en esta enorme zona es la evangelización.
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«Debemos asegurarnos de que la gente no tenga que buscarnos a nosotros, sino que seamos nosotros los que buscamos a las personas. Debemos intentar estar lo más cerca posible de ellas», consideró Mtumbuka. «Las carreteras son tan malas que en algunos casos los sacerdotes se quedaron atascados y tuvieron que pasar la noche a la intemperie. No obstante, tenemos que hacer todo lo posible para llegar a nuestros feligreses: si no llegamos por carretera en coche, lo haremos en moto; si no, en bicicleta; si no, a pie; y si no, por radio. Que nadie pueda echarnos en cara que no hicimos llegar el mensaje de Cristo», solicitó.
Sostuvo que deberían «ser capaces de afirmar que visitamos todas y cada una de las aldeas», tras explicar que la fe del pueblo es profunda y vibrante. Aseguró que aunque el sacerdote no esté presente, en algunos lugares los creyentes se reúnen para rezar por propia iniciativa y que cada parroquia tiene entre 15 y 60 pequeñas iglesias o capillas. «Las comunidades pequeñas que no tienen un lugar donde reunirse se construyen ellas mismas una iglesia», indicó el obispo de Malaui. Precisó que la gente aporta cemento y ladrillos, y contribuye como puede a la obra, pero al no ser profesionales, al poco tiempo muchos de estos edificios se derrumban. Enfatizó que, para minimizar los problemas, la diócesis adopta un enfoque unificado para construir iglesias y otras infraestructuras parroquiales.
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