Misioneros combonianos abrieron una clínica de cuidados paliativos en Sudán, un país devastado por casi un año de guerra civil, con lo que evidencian que la actividad humanitaria de la Iglesia católica continúa. Los religiosos inauguraron estos días la primera clínica del país, enteramente dirigida y gestionada por enfermeras y especializada también en cuidados paliativos, en el colegio comboniano de Port Sudán.
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La comunidad comboniana coordina el trabajo de los voluntarios que acompañan a los enfermos terminales y crónicos en las afueras de Port Sudan. El departamento de enfermería del Colegio continúa con la formación del personal médico local en cuidados paliativos. Durante la Vigilia Pascual, se bautizaron unos 16 nuevos cristianos en Port Sudan, mientras que en Kosti, 34 adultos fueron confirmados.
«En Port Sudan abrimos una oficina desde la que gestionamos cursos universitarios online para estudiantes desplazados, y en colaboración con una ONG del Hospital San Raffaele de Milán abrimos una clínica especializada en cuidados paliativos, ayudamos a las muchas víctimas ‘descartadas’ de la guerra, porque las otras estructuras dan prioridad a lo salvable», aseguró un misionero comboniano, que habla en el anonimato por motivos de seguridad.
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