MARIHUANA MEDICINAL: ¿MEDICINA O MEDICAMENTO? (9).

Continuación de Marihuana medicinal: ¿medicina o medicamento? (8)

Por Lenin de Janon Quevedo.

Reflexiones finales 

Seis mil años de conocimiento parecen ser suficientes para que la historia no convalide lo novedoso, futurista o vanguardista del uso medicinal del Cannabis sativa L. Impresiona que en torno al valor clínico de la marihuana pervive un relato fantástico, manifiesto de la pretensión humana de no querer padecer y permisible a ídolos de la contemporaneidad, como el hedonismo, la vida indolora, o el subjetivismo idealista que desmerece la realidad objetiva de la persona. Incluso considerando que ciertas aplicaciones terapéuticas surgidas de los primeros estudios fueron comprobadas posteriormente, la mayoría de los aspectos medicinales de la marihuana deberán ser reexplorados bajo condiciones modernas de investigación clínica. Estas condiciones incluyen exigencias de calidad, seguridad y evidencia científica, generadas dentro de un marco ético que todo ensayo farmacológico deberá cumplimentar.

La cannabioterapia muestra el mundo nebuloso de la fitoterapia que la misma OMS lo ha destacado por carecer de: datos resultantes de investigaciones, mecanismos de control apropiados, educación y capacitación, experiencia de trabajo dentro de las agencias nacionales de salud y de control, comunicación de la información, monitoreo seguro, y de métodos para evaluar la seguridad y eficacia.

Más allá de la posibilidad de la marihuana de producir algún efecto terapéutico positivo, todo lo dicho expone razones de peso suficiente para conservar su producción y comercialización, sea cual fuere la finalidad, como una actividad que no condice con la promoción de la salud, ni la paliación segura del síntoma. La regulación de las condiciones de producción no reducirían los daños individuales y/o sociales visto que el problema del cannabis no es un asunto de mera deficiencia de registro o de control, sino de contradicción con el ethos de la fitoterapia, etnobotánica o medicina tradicional. Si la marihuana medicinal no es realmente una medicina, se habrá de mantener el alerta por el verdadero motivo que impulsa a los movimientos que promueven la legalización de su producción, comercialización y consumo; no vaya ser que estemos frente al camino que conduzca a la naturalización del consumo de una droga lo suficientemente adictiva y dañina para la persona y la sociedad.

Conclusiones

El Cannabis sativa L. ha convivido entre los humanos desde hace miles de años y ha sido usado para una variedad de fines. Las cualidades terapéuticas y los efectos adversos son conocidos desde la antigüedad. La creación de fármacos con efectos más certeros y seguros desplazó a la marihuana y ésta desapareció de las farmacopeas; sin embargo se mantuvo entre las medicinas etnobotánicas. Si bien como etnomedicina debe cumplir requerimientos técnico-metodológicos y éticos, el cannabis carece del respaldo de evidencia científica y no satisface las exigencias de calidad y seguridad, pudiendo considerárselo como un paliativo de riesgo. El análisis ético muestra que la cannabioterapia colisiona con la responsabilidad de preservar la salud y expone a los enfermos más vulnerables al doble estándar en el acceso a cuidados médicos convencionales. La fitoterapia con marihuana es incongruente con el ethos de la medicina tradicional porque influye prescindentemente sobre los tratamientos estándares y representa riesgos que amenazan la integridad de la persona y la comunidad.

Marihuana medicinal: ¿medicina o medicamento? (9) en PDF.

El documento fue publicado originalmente en Biblioteca digital de la UCA en 2014.

MARIHUANA MEDICINAL: ¿MEDICINA O MEDICAMENTO? (9).

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