José R. es un misionero laico perteneciente a una congregación religiosa católica de derecho pontificio que reside en una ciudad del sur de Nicaragua, denunció que «los sacerdotes son hostigados regularmente por visitas de la policía sandinista», en una entrevista con Daniela Brik para El Debate, en la que da testimonio de cómo sacerdotes y fieles continúan profesando su fe bajo uno de los regímenes más oscuros del continente.
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Suscríbase al boletín de VenL«La salida de obispos ya no sorprende, es el cuarto obispo que se ve obligado a abandonar el país. La situación refleja cómo el régimen busca debilitar a la Iglesia, pero también muestra su gran resiliencia al seguir funcionando a pesar de los ataques», indicó, al referirse a la expulsión del presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua. «Aquí todo el ejercicio de fe está confinado a los templos. Los sacerdotes son hostigados regularmente por visitas ‘amistosas’ de la policía o del secretario político del Gobierno», afirmó.
Indicó que «deben avisar al vicario episcopal de la zona de cada movimiento fuera de sus parroquias y, si no lo hacen, les advierten de que ‘nadie responde’ por su seguridad». «Los sacerdotes han aprendido a sobrevivir, está este miedo de no saber con quién hablar o compartir, porque al final, nunca se sabe quién está escuchando. Además, enfrentan vigilancia constante, incluso dentro de las estructuras eclesiales, lo que genera desconfianza entre ellos mismos», sostuvo el misionero laico.
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