LEVANTAOS, ALZAD LA CABEZA; SE ACERCA VUESTRA LIBERACIÓN.
Por Mario Ortega.
Lc 21, 20-28. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Jueves sem 34 del TO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes,
enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán.
Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
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Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación
- Continúa hoy la lectura continua del capítulo 21 de San Lucas, que recoge el discurso de Jesús sobre el final del mundo, su segunda venida y todos los signos que lo acompañarán. Pero estas palabras no solamente las tenemos que pensar en clave escatológica, es decir, referidas al final de la vida; sino que también tienen un cumplimiento en nuestro diario peregrinar, en la historia que se nos revela y que vivimos cada uno de nuestros días.
- Jesús profetiza el asedio y la destrucción de Jerusalén y ello nos advierte del final de toda construcción humana, de todos los bienes materiales que nos acompañan durante esta vida. También nuestra propia vida en este mundo se acaba y eso produce angustia, miedo y ansiedad cuando no se mira más que eso. Por eso, la Palabra de Jesús lo que hace es darnos esperanza, porque Él no nos abandonará. Dice así: “Entonces veréis al Hijo del hombre venir en una nube, con poder y gloria”. Y termina diciendo: “Cuando todo esto suceda, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”.
- Ante las noticias de sufrimiento, destrucción, injusticias humanas y muerte con que desayunamos todos los días, ante el miedo, la angustia y la ansiedad que todo esto naturalmente puede producir en nosotros, Jesús nos asegura su presencia y nos exhorta a levantarnos, es decir, a mantener levantado el ánimo, la esperanza. Nos pide que alcemos la cabeza, que miremos hacia arriba, con fe, que es lo contrario a bajar la cabeza al pesimismo y al desánimo. Que nos demos cuenta que cada día que pasa no es un paso más hacia la destrucción, sino a nuestra liberación definitiva.