LA LÁMPARA SE TRAE PARA PONERLA EN EL CANDELERO.

Por Mario Ortega.

Mc 4, 21-25. La lámpara se trae para ponerla en el candelero. Jueves semana 3 TO

En aquel tiempo, Jesús dijo al gentío:

«¿Se trae la lámpara para meterla debajo del celemín o debajo de la cama?, ¿no es para ponerla en el candelero? No hay nada escondido, sino para que sea descubierto; no hay nada oculto, sino para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga».

Les dijo también:

«Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene».

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La lámpara se trae para ponerla en el candelero

  1. Jesús nos habla hoy de la luz que tenemos en nuestra alma. Es la que Él nos da cada día, que amasada con nuestras virtudes y talentos, que también Él nos dio, tienen una capacidad muy grande para iluminar. No sólo nuestro propio camino diario, sino también convertirnos en faro para los demás. No tenemos que esconder esa luz de Jesús y nuestra. Sería falsa humildad o cobardía. Hay que ponerla en el candelero. Eso sí, con mucho cuidado de que los vientos de la vanidad o la soberbia no apaguen la llama. Que ese es el peligro. Usar los dones de Dios para beneficio propio, buscando la propia recompensa.
  2. Qué importante es, pues, la rectitud de intención: buscar sólo la gloria de Dios. Porque nada hay escondido que no salga finalmente a la luz, dice Jesús. Y qué feo sería descubrir que tras unas obras buenas, que todos pueden alabar, hay un corazón vanidoso, que sólo se busca a sí mismo. Cuando las multitudes congregadas en los grandes eventos que presidía San Juan Pablo II lo aclamaban con tanto entusiasmo, él susurraba muchas veces ―así lo oían quienes estaban a su lado―: mira cómo te aplauden, Señor.
  3. Jesús concluye en el Evangelio de hoy: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Si yo busco que Dios sólo sea alabado, servido y agradado, Dios será el que se encargue de mi bien, el presente en esta vida y el futuro en la eterna.

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