La Iglesia en Brasil brinda alimento y asistencia a los damnificados por las inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul, que causaron daños en más de 300 municipios, provocaron que un río alcanzara la mayor crecida de su historia, rompieron parcialmente una represa y dejaron decenas de muertos, desaparecidos y varados, y a miles de personas sin hogar.
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Suscríbase al boletín de VenLEl arzobispo de Santa María y presidente de la región Sur 3 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), Leomar Antônio Brustolin, recordó que las comunidades parroquiales están abiertas para acoger a las personas sin hogar, alimentar a los que lo han perdido todo y atender las necesidades que surjan. «Como bien dice el Papa Francisco, somos comunidades que se parecen a un hospital de campaña, que ayuda inmediatamente a los necesitados», ratificó.
«Recuerdo las colectas de donaciones que se están realizando en todo el Estado y, especialmente, por la CNBB Sul 3. Tanta luz de solidaridad. Todo pasa, pero este amor ya es consuelo. Nuestra fe en Cristo nos compromete a seguir creando lazos de solidaridad y amistad social, ya que podemos estar aislados, pero no aislados de Dios. Dios bendiga a todos los que decidieron convertirse en consuelo para los demás», aseguró Brustolin.
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