HERODES SE PREGUNTABA QUIÉN ES ÉSTE.

Por Mario Ortega.

Lc 9, 7-9. Herodes se preguntaba quién es éste. Jueves de la semana XXV del TO

En aquel tiempo, el virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:

– A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?

Y tenía ganas de ver a Jesús.

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Incluso el malvado se pregunta en su interior quién es Jesús.

  1. Dos versículos nada más hoy en el Evangelio para contarnos la situación interior del alma de Herodes, que había mandado decapitar a Juan el Bautista de una manera tan injusta y frívola. Tenía un gran peso sobre su conciencia, lógicamente. Se había apartado claramente de los mandamientos de Dios y, por tanto se sentía lleno de soledad y miedos.
  2. Escucha hablar de Jesús, de su predicación y sus milagros y también escucha la opinión de la gente sobre el Señor: algunos piensan que es Juan Bautista que había resucitado, otros que era Elías o algún otro profeta. Nos podemos imaginar, el alma de Herodes que aumentaba día a día su confusión y sus miedos, fruto del remordimiento de su conciencia.
  3. Y en toda esta confusión interior, se pregunta: ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?… Es decir, que también el que vive alejado de Dios no puede evitar en su interior enfrentarse a la pregunta sobre Dios. Pensemos en tantas personas que vemos alejadas de Dios y orgullosas de ello incluso. Llega la noche, llega el sufrimiento en sus vidas, como a todos y también se preguntan, aunque no lo reconozcan, quién es Jesús. Dios les ofrece de este modo una luz para que se conviertan. Nosotros tenemos que desear para ellos, para todos, esa conversión. Pedir por ellos, para que participemos de esa alegría de Dios, mayor ante un pecador que se convierte que ante cien justos que no necesitan conversión.

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