El gobierno de Daniel Ortega anula recientemente las donaciones que realizó Taiwán, como el edificio que albergó su embajada y otros bienes, a la Iglesia católica en Nicaragua y decide entregarlos a China, país con el que reanudó sus relaciones el 9 de diciembre pasado, tras romper vínculos con Taiwán. Nicaragua decidió reconocer a China como el supuesto ‘único gobierno legítimo’ —el régimen chino considera que Taiwán es parte de su territorio—, al dar un plazo hasta el 23 de diciembre pasado para la salida del personal diplomático taiwanés.
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La Procuraduría General de la República de Nicaragua (PGR) sostuvo en un comunicado, días después de que la misión diplomática de Taiwán abandonara el país, que el reconocimiento de «una sola China (…) implica el inmediato registro de todos los bienes inmuebles, muebles, equipos y medios, a favor del Estado reconocido». «De acuerdo a nuestra legislación, no caben transacciones, traslados o traspaso entre estas, supuestas donaciones, cuya intención solo evidencia la naturaleza ilegal y voraz, de quienes pretenden con maniobras y subterfugios, apropiarse de lo ajeno», consideró. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán calificó el hecho de «ocupación» y «transferencia ilegal» a China, después que el gobierno de Ortega anula las donaciones.
El ministerio taiwanés repudió «la obstrucción arbitraria por parte del gobierno nicaragüense de la venta simbólica de su propiedad a la Iglesia católica». La ordenanza de la PGR se produjo después de que representantes de la Iglesia católica indicaron al diario ‘La Prensa’ que los bienes que tenía Taiwán les fueron donados. «Ellos antes de irse realizaron —donaron— todos sus bienes, entre ellos estaba el edificio —de la embajada que— se lo ofrecieron a la arquidiócesis. La arquidiócesis le dijo que no había ningún problema, pero aún están en esas cuestiones jurídicas del traspaso», explicó el vicario general de la arquidiócesis de Managua, Carlos Avilés, el domingo 26 de diciembre al diario.
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