Francisco llegó a Luxemburgo, el jueves 26 de septiembre, tras un vuelo de 2 horas, para comenzar su 46 viaje apostólico, que también lo llevará a Bélgica. El director de Oficina de la Santa Sede, Matteo Bruni, explicó que el hecho de que el Papa no haya saludado «no se debe a sus condiciones de salud, sino a que es un vuelo muy corto y no había tiempo».
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«No me siento con ganas de hacer el recorrido —caminar en el avión para saludar a cada periodista—. Los saludo desde aquí. Y gracias», sostuvo el Pontífice. Al llegar al Aeropuerto Internacional de Luxemburgo-Findel, Francisco fue recibido por el Gran Duque, Enrique de Luxemburgo, la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo, el Primer Ministro, Luc Frieden, y 2 jóvenes que le ofrecieron flores.
El Papa se trasladó en automóvil al Palacio Gran Ducal para la visita de cortesía al Gran Duque de Luxemburgo. En su discurso a las autoridades luxemburguesas, animó a la cooperación entre las naciones para evitar «matanzas inútiles» y alejarse de la búsqueda «miope» de los intereses propios.
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