Francisco anima a los fieles y peregrinos a dejar que Dios habite en nuestra vida, en el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el domingo 2 de enero, tras invitar a aprovechar estos días navideños para recibir al Señor en nuestro corazón, no sólo con palabras, sino con gestos concretos. El Pontífice reflexionó sobre la Liturgia del día que es la única que nos revela el sentido de la Navidad: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1, 14).
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«Invitémoslo oficialmente a formar parte de nuestras vidas sobre todo presentándole nuestras zonas oscuras y contándole sin miedo los problemas sociales y eclesiales de nuestro tiempo, porque Dios ama habitar entre nosotros», precisa el Papa Francisco que anima a dejar que Dios habite en nuestra vida. «Dios desea encarnarse. Si tu corazón te parece demasiado contaminado por el mal, desordenado, no te cierres, no tengas miedo. Piensa en el establo de Belén. Jesús nació allí, en esa pobreza, para decirte que ciertamente no teme visitar tu corazón, habitar en una vida desaliñada», indica.
Sostiene que habitar es «el verbo que utiliza hoy el Evangelio: expresa un compartir total, una gran intimidad; esto es lo que Dios quiere». «Tal vez haya aspectos de la vida que guardamos para nosotros, exclusivos, lugares interiores en los cuales tenemos miedo que entre el Evangelio, donde no queremos poner a Dios en medio», lamenta. «Que la Madre de Dios, en quien el Verbo se hizo carne, nos ayude a cultivar una mayor intimidad con el Señor», pide el Pontífice.
Ante nuestra fragilidad, el Señor no retrocede. No permanece en su beata eternidad y en su luz infinita, sino que se hace cercano, se hace carne, desciende a las tinieblas. He aquí la obra de Dios: venir entre nosotros. #EvangelioDeHoy
— Papa Francisco (@Pontifex_es) January 2, 2022
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