Francisco almorzó en el Aula Pablo VI del Vaticano con 1.300 necesitados, en un acto organizado por el Dicasterio para el Servicio de la Caridad, en la Jornada Mundial de los Pobres, el domingo 17 de noviembre, el cual fue ofrecido este año por la Cruz Roja Italiana, que desplegó a más de 300 voluntarios.
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El cardenal, limosnero del Papa y prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, Konrad Krajewski, precisó que este gesto tiene la intención de seguir a Jesús, «devolver la dignidad a las personas», y pensar del mismo modo que indica el Evangelio, dado que eso es lo que Cristo habría hecho y eso es lo que haremos también nosotros.
El Papa charló en el almuerzo con varios de ellos, respondió preguntas y repartió caramelos a los más pequeños. Krajewski explicó que los actos de esa jornada venían precedidos de numerosas iniciativas de atención a los pobres, como el ambulatorio situado bajo la columnata Bernini, abierto todos los días y que recibe a diario a 150 personas sin hogar.
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