Francisco alertó sobre el riesgo de caer en una fe gnóstica y sin comunidad en este momento excepcional de pandemia, que obligó a las transmisiones de la celebración eucarística telemáticamente, debido que a los fieles se encuentran confinados por la emergencia sanitaria, el viernes 17 de abril, en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, emitida en directo por el canal de YouTube de ‘Vatican News’. En el comienzo de la Misa, pidió rezar por las «mujeres embarazadas que se convertirán en madres y están inquietas, preocupadas». «Recemos por ellas, para que el Señor les dé el coraje de seguir adelante con estos hijos con la confianza de que ciertamente será un mundo diferente, pero siempre será un mundo que el Señor amará tanto», imploró.
Al hablar sobre el peligro de una especie de fe virtual, recordó que «una familiaridad sin comunidad, una familiaridad sin el pan, una familiaridad sin la Iglesia, sin el pueblo, sin los sacramentos, es peligrosa». «Puede convertirse en una familiaridad gnóstica. Una familiaridad desvinculada del pueblo de Dios. La familiaridad de los apóstoles con el Señor siempre era comunitaria, siempre era ‘en la mesa’, signo de la comunidad, siempre era con el sacramento, con el pan», explicó. «Estamos todos comunicados, pero no juntos, espiritualmente juntos. El pueblo es pequeño. Hay un gran pueblo: estamos juntos, pero no juntos. También el Sacramento: hoy lo tienen, la Eucaristía, pero la gente que está conectada con nosotros, sólo la comunión espiritual. Y esta no es la Iglesia: es la Iglesia en una situación difícil, que el Señor permite, pero el ideal de la Iglesia es estar siempre con el pueblo y con los sacramentos. Siempre», ratificó el Papa Francisco, al referirse al peligro de una fe gnóstica y sin comunidad.
El Pontífice contó un anécdota al respecto. «Antes de Pascua, cuando salió la noticia de que celebraría la Pascua en San Pedro vacía, un obispo me escribió y me regañó. ‘Pero por qué, San Pedro es muy grande, ¿por qué no pone 30 personas por lo menos, para que se vea gente? No habrá peligro…’. Pensé: ‘Pero, ¿qué tiene en la cabeza, para decirme esto?’. No lo entendí, en el momento. Pero como es un buen obispo, muy cercano a la gente, querrá decirme algo. Cuando lo vea, se lo preguntaré. Luego lo entendí. Lo que me decía era: ‘Ten cuidado de no viralizar la Iglesia, de no viralizar los sacramentos, de no viralizar al pueblo de Dios’. La Iglesia, los sacramentos, el pueblo de Dios son concretos. Es cierto que en este momento debemos mantener la familiaridad con el Señor de esta manera, pero para salir del túnel, no para quedarnos», advirtió.