Franciscanos en Ucrania continúan sirviendo a los más pobres y sufrientes

Romualdo Zagurskyi, fraile menor en la ciudad de Konotop, explicó que brindan «un servicio de apoyo y compasión hacia los necesitados». «Nuestra jornada comienza con la acogida de las personas en el refugio del sótano del convento. Luego, con los voluntarios, hacemos cola durante horas en las farmacias y en las tiendas de comestibles, a pesar de las señalaciones de posibles bombardeos», explicó Zagurskyi.

Franciscanos en Ucrania continúan sirviendo
Foto: Il Centuplo.

Los franciscanos en Ucrania continúan sirviendo a los más pobres y sufrientes de la ciudad de Konotop, tal como indicó Romualdo Zagurskyi, fraile menor en la ciudad de Konotop, en el noroeste de Ucrania, tras la invasión rusa al país, que comenzó el 24 de febrero pasado. «Nuestra jornada comienza con la acogida de las personas que se confiaron a nosotros en el refugio del sótano del convento. Luego, con los voluntarios, hacemos cola durante horas en las farmacias para comprar medicamentos, y en las tiendas de comestibles para comprar pan y leche, recibiendo decenas de peticiones de ayuda, a pesar de las señalaciones de posibles bombardeos», explicó Zagurskyi.

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«En medio del sufrimiento, del malestar, de la guerra, nosotros, frailes franciscanos de la Provincia de San Miguel Arcángel, continuamos sirviendo a las personas más pobres y sufrientes de Konotop con una población de 80.000 habitantes y sus alrededores», precisó fray Romualdo. «Es un servicio de apoyo y compasión hacia los necesitados. A pesar de la difícil situación psicológica, las limitadas capacidades físicas y materiales, sentimos la Providencia de Dios como nunca antes», sostuvo, al referirse especialmente a la búsqueda y distribución de alimentos, productos de higiene, ropa y medicamentos. «Es un milagro ver que nunca estuvimos sin nada para ayudar a las personas que vienen a nosotros, también a los refugiados», aseguró.

Precisó que al ofrecer también apoyo y consuelo espiritual comenzaron «a dar a la gente no sólo alimentos y medicinas, sino también rosarios». «Todos los aceptan con un amor y una fe que nos inspiran y conmueven. Como fieles de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima sentimos siempre la especial protección de la Virgen», reflexionó. «Mientras durará la guerra, continuaremos repitiendo las palabras del personaje bíblico Job Si aceptamos el bien de Dios, ¿por qué no vamos a aceptar el mal? (Job 2,10).  Y esperemos que, al igual que Job, el gran justo, el Señor nos conceda aún más gracias de las que ya recibíamos antes de esta guerra», afirmó fray Romualdo, quien es parte de los franciscanos en Ucrania que continúan sirviendo a los más pobres.

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