Familias desplazadas agradecen el refugio en las instituciones de la Iglesia en Ucrania, donde se les brinda atención y cuidados, tras el comienzo de la invasión rusa al país, en febrero pasado. La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada presentó esta semana su nueva campaña ‘Iglesia en Ucrania: Refugio de esperanza’ para sostener a la Iglesia en la atención a los desplazados tras los ataques de Rusia, que iniciaron hace 77 días.
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Una mujer, integrante de una familia de desplazados internos, recordó que «durante las primeras 2 semanas después que empezó la guerra» se quedaron en casa. «Dormíamos en la bañera. Cuando se volvió demasiado peligroso para quedarse, los niños y yo huimos», precisó. «Durante los primeros días de la guerra, el mundo en Ucrania cambió, y nosotros también. Con todos esos cambios, la Iglesia también tuvo que cambiar. Tuvimos que cerrar nuestra escuela católica y el seminario. Esos edificios se convirtieron en albergues para los refugiados. Algunos de ellos perdieron contacto con sus seres queridos. Algunas de ellas fueron violadas. Tenemos que apoyarlos y ayudarles a entender que no están solos, que estamos juntos en esto», indicaron desde la Iglesia en Ucrania.
«Estoy muy agradecida a Dios por este lugar, y que estamos a salvo aquí y ahora. Nos están cuidando. Estoy muy agradecida por esto», destacó la mujer, que una de las tantas familias desplazadas que agradecen el refugio en edificios eclesiales. Por otro lado, en cuanto a la ayuda brindada para asistir a las familias tras la invasión rusa, el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, destacó la ayuda brindada por la fundación pontificia desde el primer momento del comienzo de la invasión rusa, asistencia que consideró que «fue un signo de la solidaridad».
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