‘Dilexit nos’, la cuarta encíclica de Francisco

La Santa Sede publicó 'Dilexit nos' —Nos amó—, la cuarta encíclica de Francisco sobre «el amor divino y humano del corazón de Jesucristo», un texto de 45 páginas en la versión en castellano. «Su corazón abierto nos precede y nos espera sin condiciones, sin exigir un requisito previo para poder amarnos y proponernos su amistad: nos amó primero», aseguró el Papa.

El Vaticano publicó el jueves 24 de octubre Dilexit nos —Nos amó—, la cuarta encíclica de Francisco sobre «el amor divino y humano del corazón de Jesucristo», un texto de 45 páginas en la versión en castellano. La última encíclica, después de Lumen fidei —escrita a «4 manos» con Benedicto XVI—, Laudato si y Fratelli tutti, tiene 5 capítulos y una conclusión.

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«Su corazón abierto nos precede y nos espera sin condiciones, sin exigir un requisito previo para poder amarnos y proponernos su amistad: nos amó primero (1 Jn 4,10). Gracias a Jesús ‘nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído’ en ese amor (1 Jn 4,16)», aseguró el Papa, al comenzar la encíclica, donde el primero se titula La importancia del corazón, el segundo Gestos y palabras de amor, el tercero Este es el corazón que tanto amó, el cuarto y más extenso es Amor que da de beber, y el quinto se llama Amor por amor.

El Pontífice, en el numeral 14 de la encíclica, afirmó que «en último término, yo soy mi corazón, porque es lo que me distingue, me configura en mi identidad espiritual y me pone en comunión con las demás personas». «El algoritmo en acto en el mundo digital muestra que nuestros pensamientos y lo que decide la voluntad son mucho más ‘estándar’ de lo que creíamos. Son fácilmente predecibles y manipulables. No así el corazón. El corazón hace posible cualquier vínculo auténtico, porque una relación que no se construya con el corazón es incapaz de superar la fragmentación del individualismo», indicó.

«La imagen de Cristo con su corazón no es algo inventado en un escritorio o diseñado por un artista, ‘no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que representa el centro, la fuente de la que brotó la salvación para toda la humanidad’», destacó. Recordó a algunos santos como san Claudio de la Colombiere, santa Teresita de Jesús, san Juan de la Cruz, san Agustín, san Francisco de Sales, san Carlos de Foucauld, san Vicente de Paúl o santa Margarita María Alacoque, quienes meditaron sobre el Corazón de Jesús a lo largo de la historia de la Iglesia.

Dilexit nos en PDF

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