La dictadura de Nicaragua incrementa sus ataques contra la Iglesia católica en Semana Santa. En la última serie de agresiones que se dieron el Lunes Santo 3 de abril se encuentran la expulsión de un sacerdote panameño por exigir la liberación del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez; la prohibición de la tradición de los ‘Cirineos’ en la localidad de Nindirí; la cancelación de un tradicional Vía Crucis acuático.
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Félix Maradiaga, expreso político y excandidato presidencial que fue deportado a Estados Unidos, precisó que el gobierno de Daniel Ortega «expulsó del país al sacerdote panameño Donaciano Alarcón». El padre Alarcón, que trabajaba en la parroquia María Auxiliadora en la diócesis de Estelí, fue detenido por la policía tras celebrar la Misa. «Lo sacaron por la frontera de Honduras. Su ‘delito’ fue que en Misa pedía por la libertad de monseñor Álvarez», aseguró Maradiaga. La Oficina de Comunicación y Prensa del arzobispado de Panamá, indicó que el sacerdote «se encuentra bien y seguro, después de su expulsión».
💥#URGENTE ⚠️Guardia sandinista de Nindirí al sur de Managua, amenaza a jovenes que intentaron hacer el recorrido de los tradicionales Cirenos, les amenazó:
«No podes salir con eso vos, yo solo les digo, yo solo les digo»
Bien le dijo el muchacho:
«Este es Nindirí Católico». pic.twitter.com/5zK0XFB45Q— BOLETIN ECOLOGICO (@BOLETINECOLOGI) April 3, 2023
La policía sandinista prohibió también la tradición de los ‘Cirineos’ en la localidad de Nindirí, departamento de Masaya, en la que se recuerda al Cireneo que ayudó a Cristo a cargar su cruz. «Nos empezaron a seguir como que fuéramos unos delincuentes y lo único que queríamos hacer es cumplir con una tradición religiosa que tuvimos por varias generaciones», aseveró uno de los jóvenes afectados. «La única intención de la policía sigue siendo atemorizar a la población y prohibir cualquier manifestación católica, porque tienen ira contra el pueblo que expresa su fe», denunció una ciudadana.
El régimen de Ortega canceló la realización de un tradicional Vía Crucis acuático que se realiza desde hace más de 40 años la diócesis de Granada, en el Gran Lago Nicaragua o Cocibolca. El Vía Crucis es también una actividad turística que contribuye a la economía de la población local, especialmente los lancheros. El régimen de Ortega decidió realizar el Vía Crucis en el lago, pero sin un sacerdote que rece y dirija las 14 meditaciones en las estaciones. Martha Patricia Molina, abogada e investigadora nicaragüense, denunció recientemente que el sacerdote Néstor Mendoza, del Verbo Divino de la diócesis de Estelí, fue impedido de volver al país, sin que se precise el motivo.
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