DE QUIÉN SERÁ LO QUE HAS ACUMULADO.

Por Mario Ortega.

Lc 12, 13-21. De quién será lo que has acumulado. Lunes semana 29 TO

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús:

«Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Él le dijo:

«Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?».

Y les dijo:

«Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes».
Y les propuso una parábola:

«Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose:

“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”.

Y se dijo:

“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Pero Dios le dijo:

‘Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?’. Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».

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De quién será lo que has acumulado

  1. A raíz del litigio que mantienen dos hermanos por la herencia que les toca, Jesús aprovecha para enseñarnos una nueva parábola en relación con las riquezas de este mundo. Es la de un hombre rico que obtiene grandes cosechas y comienza a calcular cómo acumular ganancias, construir nuevos graneros acumular y más acumular, sin pensar en los demás, y después darse a la vida placentera, gracias a las riquezas acumuladas.
  1. Qué lejos está esta actitud de la vida que nos propone el Evangelio, vida bienaventurada en la pobreza del que vive en Dios y todos los bienes de este mundo no ocupan más que un puesto relativo y secundario. Las riquezas seducen y esclavizan a quien en ellas pone su confianza. Y la persona seducida y esclavizada, que no ve más allá de sus riquezas materiales, la única solución es una sacudida fuerte como la que Dios dirige a la conciencia del rico diciéndole: Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?.
  2. El recuerdo de la vida eterna y de que estamos en este mundo nada más que de paso, nos ayudará a liberarnos y a buscar la única y definitiva riqueza, que es Dios. Y desde Dios, administrar justa, equilibrada y generosamente los bienes de este mundo que podamos obtener. 

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