Hubo un cuarto ataque en un mes al monasterio de la iglesia ortodoxa rumana en Jerusalén. El ataque contra el edificio situado junto al barrio judío de Jerusalén fue realizado por un grupo de judíos ultraortodoxos. Los actos vandálicos contra iglesias y edificios cristianos en Israel son cada vez más frecuentes. Los líderes cristianos se mostraron preocupados por la impunidad que parecen tener los autores de los ataques. En esta ocasión, un sacerdote logró controlar el fuego iniciado en la puerta, evitó que las llamas causaran daños graves y que resultaran heridas las personas que estaban dentro del monasterio.
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El canciller del Patriarcado Latino de Jerusalén, Ibrahim Shomali, indicó que pese a que «no causó heridos ni daños graves, es la cuarta vez en poco tiempo que se produce un ataque de este tipo, y el objetivo es siempre la misma iglesia». «El problema es que hasta el momento nadie, ni siquiera las autoridades, tomó alguna medida para detenerlos», aseveró. «Tenemos información de que las cámaras de vigilancia han captado varias veces el rostro de los atacantes. Sin embargo, la Policía y los responsables no hicieron nada para detenerlos. Pedimos a la Policía que tome las medidas de seguridad necesarias para proteger a la comunidad cristiana y nuestros lugares de culto», pidió.
Fuentes locales indicaron que las autoridades investigan a un grupo de judíos ortodoxos que ya fueron responsables de ataques similares en el pasado, aunque hasta ahora no se realizaron acusaciones formales. El ataque contra el monasterio ortodoxo es el último de una larga serie de agresiones intimidatorias y se pueden atribuir a colonos o extremistas judíos. Los cuatro ataques en poco tiempo contra el monasterio ortodoxo se suman al ataque contra la Basílica de Getsemaní de diciembre y a otros hechos que ponen de manifiesto una escalada de violencia de tipo confesional. «Que terminen los ataques queremos vivir en paz. Las cámaras filmaron los rostros, a las autoridades les compete la tarea de intervenir. Este odio va en aumento, nosotros como Iglesia hacemos todo lo posible para convivir en armonía, respetando a los demás, orando para que Dios cambie la cabeza de los fanáticos», sostuvo Shomali.
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