Los cristianos que regresaron a la ciudad de Mocímboa da Prai, en Mozambique, se reúnen en las ruinas de la iglesia local de la Inmaculada Concepción, destruida por islamistas, para rezar juntos todos los domingos a pesar de no tener acceso a los sacramentos y tampoco clero o religiosos que los asista. En octubre de 2017, comenzó la insurrección yihadista en la provincia de Cabo Delgado.
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Suscríbase al boletín de VenLLa iglesia, que fue quemada y arrasada en 2020 y de la que quedan ruinas cubiertas de vegetación, es el lugar donde se reúnen para rezar todos los domingos cerca de los muros calcinados del templo o a la sombra de los mangos cercanos. Ya no quedan sacerdotes ni religiosos en esta ciudad, que permanece bajo amenaza constante. Fuentes locales indicaron que más del 60% de los cristianos que huyeron ya retornaron.
«Cuando los terroristas ocuparon la ciudad, la parroquia quedó abandonada. Nos fuimos a Pemba, pero luego regresamos. Ahora estamos aquí, pero no tenemos nada… La iglesia fue destruida, al igual que la casa parroquial. Nos reunimos aquí todos los domingos, bajo los árboles de mango, y rezamos con la comunidad. Las condiciones son terribles, pero no nos rendimos. Seguimos practicando nuestra fe y damos gracias a Dios», aseguró Vicente Gabriel, un catequista local.
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