CRECE EL GRANO Y SE HACE UN ARBUSTO.
Por Mario Ortega.
Lc 13, 18-21. Crece el grano y se hace un arbusto. Martes semana XXX del TO
En aquel tiempo, Jesús decía:
-¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.
Y añadió:
-¿A qué compararé el Reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.
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- El grano de mostaza y la levadura. Son los dos elementos con los que Jesús compara el Reino de Dios. Las cosas más pequeñas e insignificantes para describir lo más grande, infinito. El Reino de Dios es la presencia y la acción de Dios en nuestra vida, en nuestra historia. El primer grano de mostaza fue el mismo Jesús, pequeño embrión en el seno de María, pequeño en Belén, el pequeño pueblo del pequeño territorio de la Tierra Santa.
- Muchas veces el maligno tienta nuestra alma precisamente haciéndonos ver nuestra pequeñez e insignificancia, para llevarnos al desánimo y la desesperación. Es entonces cuando tenemos que recordar las parábolas del grano de mostaza y de la levadura. Sí, soy pequeño, como el grano de mostaza; la grandeza la pone Dios haciéndolo crecer. Sí, mis obras son muchas veces como la levadura, que no se ve en medio de la masa, pero el Señor es el que hace que ese mundo cambie a través de las obras calladas y diarias de los cristianos.