CONGO-KINSASA: LIBERTAD RELIGIOSA.

Por Jennifer Almendras.

Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva

El ‘Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2023’ (ILR) afirmó que «la Constitución de Congo-Kinsasa de 2006 establece el carácter laico del Estado, y proclama el respeto al pluralismo religioso». «Se prohíbe en ella toda forma de discriminación basada en el origen étnico, la religión o la opinión y se establece que toda persona tiene derecho a manifestar libremente su religión en público y en privado. Hay libertad para construir iglesias y recaudar fondos para realizar actividades religiosas dentro y fuera del país. Todos los grupos religiosos tienen libertad para hacer proselitismo, también mediante la enseñanza de la religión a los niños. Hay quienes predican incluso en mercados, confluencias de calles y autobuses públicos», explicó.

«Varios grupos religiosos gestionan una amplia gama de instituciones como colegios, centros de salud, orfanatos y empresas de comunicación. Respecto a los medios de comunicación, la mayor parte de los canales de televisión y de las cadenas de radio de Kinsasa pertenecen a distintas confesiones cristianas. Aunque el Estado es laico, la Conferencia Episcopal Nacional del Congo y el Consejo Ecuménico del Congo representan un importante papel en los asuntos políticos, prestando atención a los ámbitos social, educativo y económico. Además, en el artículo 74, se menciona a Dios y el presidente electo tiene que jurar el cargo ‘ante Dios y ante la Nación’», sostuvo el ILR.

Incidentes y acontecimientos

Explicó que «durante el período estudiado en este informe, las regiones han seguido sufriendo el terrorismo en forma de secuestros, atrocidades y asesinatos; ello ha provocado desplazamientos masivos, sobre todo en la región de Beni». «Aunque en las zonas fronterizas orientales del Congo hay más de 100 milicias diferentes, el grupo rebelde musulmán Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) sigue perpetrando reiteradamente crueles ataques contra líderes religiosos y civiles. Este grupo armado, cuyos combatientes proceden principalmente de Uganda y la propia República Democrática del Congo, juró en 2019 lealtad al Estado Islámico, grupo extremista islamista con un programa expansionista. El Departamento de Estado de Estados Unidos considera al grupo ‘como afiliado del Estado Islámico y Organización Terrorista Extranjera desde 2021’. Las repercusiones sobre la población civil han sido catastróficas», enfatizó.

«El 15 de febrero, presuntos islamistas de las ADF mataron a 3 soldados y 13 civiles e incendiaron una iglesia católica. El 7 de abril, tras un viaje de investigación realizado en enero a Kivu del Norte e Ituri por una delegación conjunta de la Conferencia Episcopal y la Asociación de Conferencias Eclesiásticas de África Central (ACEAC), los obispos católicos emitieron un comunicado en el que hacían un llamamiento a los dirigentes del país para que reorientaran su estrategia política, militar y humanitaria. Entre las cuestiones que plantearon, los obispos se refirieron también al aspecto religioso del conflicto en la zona de Beni-Butembo (provincia de Kivu Norte), destacando «la islamización de la región como una especie de estrategia más profunda para influir negativamente a largo plazo en la situación política general del país». Los obispos citaron testimonios de prisioneros huidos de la milicia islamista ADF que confirmaron haber sido obligados a ‘convertirse’ al islam. El domingo 27 de junio, una bomba explotó cerca de una iglesia católica en la ciudad de Beni, en Kivu Norte, causando heridos y pánico entre la población», indicó el informe.

Enfatizó que «según estimaciones de 2021, en la región había al menos 7500 personas secuestradas». «El 8 de julio secuestraron en Goma a una monja católica, la hermana Francine, y la liberaron una semana después. Ya en abril, la Conferencia Episcopal Congoleña había hecho pública una declaración en la que instaba a los dirigentes del Gobierno a tomar medidas ante esta tendencia. Muchas iglesias se han convertido en blanco del vandalismo. Entre abril y julio de 2021, casi 10 iglesias sufrieron ataques y fueron destruidas, especialmente en la región de Kasai. El primer ministro Jean-Michel Sama Lukonde declaraba: ‘El Gobierno de la República condena firmemente los actos de profanación, violencia y vandalismo que se han observado en Kinshasa y Mbuji Mayi contra la Iglesia católica. El vandalismo y la violencia no tienen cabida hoy en el Congo’», rememoró, tras sostener que «el 1 de agosto, un grupo de jóvenes destrozó el domicilio del cardenal Fridolin Ambongo en Kinshasa, así como la sede de la archidiócesis de Kinsasa».

«El 4 de agosto, los obispos católicos del Congo pidieron el fin de los ataques dirigidos contra ‘parroquias, grutas marianas, altares y santuarios’ en la diócesis de Mbujimayi. El 22 de agosto, individuos no identificados saquearon la iglesia católica de San Pablo, en Kamende; quemaron una biblia y robaron numerosos objetos. El 23 de octubre, individuos no identificados secuestraron al pastor de una iglesia baptista y a un dirigente católico en el barrio de Mwanzi, en Kisharu. El 2 de febrero de 2022, un grupo armado no identificado mató al padre Richard Masivi en una iglesia católica del pueblo de Vusesa. El 31 de mayo, el Estado Islámico reivindicó la autoría de un ataque en el que murieron unos 20 cristianos. Al parecer, los militantes irrumpieron en la aldea de Bulongo, en la provincia de Kivu Norte, al anochecer, ‘saquearon viviendas, asesinaron a los habitantes que se cruzaron en su camino e incendiaron seis vehículos’ El 22 de junio, más de 10 cristianos murieron cerca de la aldea de Makisabo, en Beni, cuando el grupo extremista islamista ADF tendió una emboscada a tres vehículos», afirmó.

El ILR sostuvo que «del 2 al 5 de julio, el papa Francisco tenía previsto visitar el país, pero el 13 de junio se vio obligado a aplazar su viaje apostólico por problemas de rodilla». «El 19 de octubre, la hermana Marie-Sylvie Kavuke Vakatsuraki, de las Hermanitas de la Presentación de Nuestra Señora en el Templo, fue asesinada en un ataque reivindicado por las Fuerzas Democráticas Aliadas. El padre Marcelo Oliveira, responsable de los Misioneros Combonianos, declaró: ‘Los rebeldes de las ADF atacaron el pueblo, y más concretamente el hospital. Saquearon todo lo que encontraron, se llevaron medicinas, y al final prendieron fuego al edificio. Quemaron viva a una monja, que también era médico y estaba de guardia nocturna, y a un paciente’», denunció el informe.

Futuro de la libertad religiosa

«La situación del país es compleja e incluye factores políticos, económicos, étnicos y religiosos, a todo lo cual se añade el terrorismo. Lo más controvertido es la acusación de la ONU del 4 de agosto de 2022 sobre la complicidad ruandesa con el grupo rebelde M23. La Iglesia católica ha criticado abiertamente la situación y ha pedido cambios tanto a nivel nacional como internacional. En un comunicado de abril de 2021, los obispos destacaron los objetivos de los agresores, afirmando que «explotan las debilidades de las fuerzas armadas regulares para alcanzar sus objetivos políticos y religiosos», que incluyen ‘la ocupación de la tierra, la explotación ilegal de los recursos naturales, el propio enriquecimiento gratuito y la islamización de la región sin tener en cuenta la libertad religiosa’. Las perspectivas para la libertad religiosa siguen siendo negativas», aseveró.

CONGO-KINSASA: LIBERTAD RELIGIOSA.

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