La comunidad catamarqueña celebró, el lunes 4 de septiembre, el 2 aniversario de la beatificación de fray Mamerto Esquiú, en la ciudad capital y en la localidad de Piedra Blanca, su tierra natal. La fiesta se inició con la partida de la imagen de la Virgen Morena desde la catedral local, que fue acompañada por el obispo de Catamarca, Luis Urbanc, y el rector del templo, presbítero Gustavo Flores, en una caravana vehicular que recorrió calles de San Fernando del Valle hasta Piedra Blanca.
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«Los invito a expresar nuestro gozo y gratitud con las palabras del salmista: ‘Canten al Señor un cántico nuevo, cante al Señor, toda la tierra. Cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones’», precisó Urbanc, en la homilía de la Misa central que presidió. El prelado destacó que el beato fue «un devoto y fiel hijo de la Virgen del Valle, reconociendo en ella a su madre protectora en los avatares de su vida familiar, política y religiosa».
«Hermoso ejemplo a imitar y difundir», aseguró. Al referirse al masivo acompañamiento de fieles y devotos de diversas comunidades, animó a que esto «nos ayude a tomar conciencia de que somos peregrinos por esta tierra, la cual se nos confía como don y tarea, con la certeza de que nuestra morada definitiva y real es la vida eterna, junto al buen Dios, Uno y Trino, en comunión con todos los bienaventurados, ángeles y santos».
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