La celebración de la Misa por la festividad de la Virgen María que se le apareció al fraile carmelita San Simón Stock, en 1251, se realizó lugar en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en la Gruta de San Elías. El rector del Monasterio de Nuestra Señora del Carmen, padre Jean-Joseph Bergara, indicó que «el carisma de la Orden Carmelita es orar e interceder por el mundo entero, por aquellos que sufren por diversos motivos».
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El padre franciscano Wojciech Poloz, superior de la Basílica de la Anunciación, presidió la Misa, que fue concelebrada por sacerdotes carmelitas y franciscanos, en presencia de una gran multitud de peregrinos y fieles. El padre Ibrahim Al-Sabbagh, párroco latino de Nazaret, sostuvo en su homilía que así como el Señor estuvo presente para el profeta Elías en el Monte Carmelo, y en todos sus momentos de debilidad y fortaleza, así también el Señor estuvo presente a través de nuestra madre, la Virgen María.
«Las palabras que hoy nos regala la Virgen María son las palabras de Jesús: ‘No temás’. Ella nos las dirige en Tierra Santa, como a todos los cristianos orientales, invitándonos siempre a dejarnos llevar de la mano de su Hijo. El ancla de nuestra salvación y nuestro puerto, la garantía de nuestra existencia», sostuvo Al-Sabbagh.
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