Católicas de Ghana asisten a los damnificados por la explosión en Apiatse, en la región occidental del país africano, que ocurrió a fines de enero pasado. El obispo de Sekondi-Takoradi, John Baptist Attakruh, acompañó a una delegación del Consejo Nacional de Mujeres Católicas que donaron dinero y artículos de primera necesidad, tras una colecta especial realizada en las últimas semanas.
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«Se necesita tiempo para superar las dolorosas repercusiones de situaciones como la catástrofe que sufrieron», indicó Attakruh. La presidenta de la asociación, Agatha Oppong, precisó la cercanía de las mujeres católicas, que asisten a los damnificados, por las víctimas de la explosión en Ghana, especialmente las mujeres y los niños. El jefe del municipio, que agradeció a las mujeres y a los ciudadanos, manifestó su gratitud personal y comunitaria al obispo Attakruh por haber cedido el salón parroquial de Bogoso como refugio temporal para acoger a las víctimas que sobrevivieron a la explosión.
El prelado animó a la comunidad a mantenerse firme en sus convicciones, tras sostener que «la gracia de Dios los ayudará a volver a la normalidad». En la explosión del 20 de enero pasado, que siguió al accidente, fallecieron 13 personas y al menos 200 quedaron heridas, 45 de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas. La explosión creó un cráter de 20 metros de ancho y dejó al menos 380 personas sin hogar. Un centenar de vehículos fueron dañados por la explosión, que también afectó la infraestructura eléctrica. Unas 30.000 personas se encuentran actualmente sin electricidad o con el suministro eléctrico muy reducido.
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