El obispo auxiliar de Buenos Aires, Ernesto Giobando, destacó que la Casa de Ejercicios Espirituales, en el barrio de Constitución por iniciativa de la beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, quien será la primera santa argentina, es un «oasis de paz» en medio del «caos del centro porteño», tras asegurar que es una de las mujeres «más audaces del siglo XVIII». El predio ocupa casi toda una manzana es una de las construcciones más antiguas de la Ciudad de Buenos Aires, con lugar para aproximadamente 120 ejercitantes.
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El prelado, que está a cargo de la causa de canonización, indicó que están «muy agradecidos» por la canonización de Mama Antula, una mujer que «asumió una misión apostólica muy concreta mediante la difusión de los ejercicios espirituales», los que llevó adelante en varias provincias, en ese momento del virreinato del Río de la Plata. «Cuando llega a Buenos Aires más de 70.000 personas habían hecho ejercicios espirituales. Luego, en el año 1790 comienza la construcción de esta casa con los medios que tenía a su alcance», enfatizó.
Las hermanas de la Sociedad de Hijas del Divino Salvador, que es la congregación que se inspira en Mama Antula, viven actualmente en la casa, acompañadas por laicas consagradas que llevan adelante su obra. En una de las antiguas celdas vivió y murió María Antonia de Paz Figueroa, lugar en donde se encuentran algunos elementos personales como una túnica, su bastón con forma de cruz que llevaba consigo a todos lados, y un leño que fue utilizado como señal en el sepulcro de la beata, cuyos restos fueron hallados el 25 de mayo de 1867 en la Iglesia de la Piedad.
«Al recorrer la casa uno va descubriendo la impronta de esta mujer, que fue una de las más audaces del siglo XVIII. Estamos hablando de 250 años atrás, donde la mujer tenía un rol muy específico en la sociedad y ella se animó a cosas grandes», afirmó Giobando. Destacó que al morir en 1799, Mama Antula dejó un testamento en donde expresaba su voluntad de que la casa sea llevada adelante por mujeres. «Aquí hay dos hermanas y seis laicas que se encargan de la casa y reciben a quienes realizan retiros temporales durante 2, 3 o hasta 5 días. Es una casa que está inspirada para los ejercicios espirituales», aseguró.
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