El cardenal y prefecto emérito del Dicasterio para el Clero, Beniamino Stella, finaliza su visita a Cuba, tras ser enviado por el Papa Francisco por la conmemoración del 25 aniversario del viaje apostólico de Juan Pablo II a la isla. El purpurado conoce el país debido a era el entonces nuncio y embajador de la Santa Sede durante la histórica visita del Papa polaco en 1998 y por ser testigo de aquel viaje fue enviado por Francisco como su representante a las celebraciones.
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Destacó en los actos conmemorativos la importancia del papel de la Iglesia entre los más desfavorecidos de la sociedad. En la homilía de la Misa, celebrada en la residencia de ancianos de Santovenia, el cardenal Stella, quien finaliza su visita a Cuba, habló del «elocuente testimonio» que las religiosas y miembros de distintas congregaciones religiosas ofrecen cada día «en su servicio a los más necesitados, a los enfermos, a los ancianos y a los pobres». Indicó que es esta una labor fundamental que se lleva a cabo «en medio de innumerables y complejos desafíos».
Afirmó que «la escasez de alimentos, bienes y medicinas» y «otros factores» ponen a prueba a diario la «paciencia» y el «entusiasmo» de todos aquellos que abrazaron la vida religiosa y se dedican a los más débiles de la sociedad. La misión de la Iglesia en la sociedad y la promoción de la reconciliación fueron 2 de los puntos principales de sus mensajes en Cuba, también del discurso en la Universidad de La Habana el 8 de febrero pasado, en presencia del presidente Miguel Díaz-Canel. Las palabras que tuvieron más resonancia las pronunció a la salida de ese acto, cuando, ante algunos periodistas, solicitó la liberación de los encarcelados en las protestas antigubernamentales de 2021.
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