El cardenal electo y administrador de los católicos de Mongolia, Giorgio Marengo, de 47 años, anima a prestar atención a «las cuestiones de demonología», tras trabajar como exorcista durante más de 20 años. Marengo, que será creado cardenal por el Papa Francisco en el próximo Consistorio y será el purpurado más joven de la Iglesia, se dedicó a la lucha contra los demonios, lo que lo convirtió en maestro de exorcismo. Fue uno de los conferenciantes del XVI curso de exorcismo y oración de liberación que se celebra cada año en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma, al que comenzó a asistir cuando era estudiante.
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Explicó que los habitantes de Mongolia que se preparan para el Bautismo se enfrentan a dificultades particulares, en las que se puede ver cómo los engaños del Maligno los apartan de las gracias que ofrece la redención de Cristo. «Había que recordar a los sacerdotes que servían en estas tierras que se pusieran en sintonía con los primeros discípulos del Señor, que anunciaban el Evangelio, expulsaban demonios y curaban a los enfermos», afirmó, tras advertir del «nuevo paganismo» que se extiende por todas las sociedades del mundo, por obra incesante y universal del príncipe de las tinieblas.
«Nunca deja de ser actual y necesario condenar la superstición, porque en ella debilitamos la fe y acabamos convirtiéndonos en sus esclavos, para escapar de nuestros miedos e incertidumbres», afirmó, al ofrecer 5 consejos para una fe madura y libre de ilusiones satánicas. Exhortó en primer lugar a la oración, con la adoración eucarística y la devoción a María. Aseguró que la segunda vía es la de una «catequesis adecuada sobre las acciones del demonio y las posibilidades de combatirlo». El cardenal electo Marengo, en el tercer consejo, anima a prestar mucha atención a los que procuran dialogar sobre «cuestiones de demonología». Sostuvo que un cuarto consejo se refiere a la «celebración de la expulsión de las fuerzas impuras, cuando sea necesario», respetando las normas de la Iglesia, y por último, el prelado insistió en la formación de los sacerdotes y religiosos en materia de salud espiritual y de lucha contra el Maligno.
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