El cardenal y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, destaca la labor silenciosa y pública del nuncio, Waldemar Sommertag, quien fue expulsado por el gobierno de Daniel Ortega, tal como confirmó la Santa Sede el sábado 12 de marzo, quien calificó la acción de «grave e injustificada». El purpurado ofreció la celebración eucarística en la catedral de Managua, el domingo 13 de marzo, en acción de gracias por la labor cumplida por Sommertag.
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Suscríbase al boletín de VenL«Quiero ofrecer la intención de esta Misa por monseñor Waldemar para que el Señor le dé fortaleza y también en acción de gracias por tantos servicios que realizó en Nicaragua durante estos 4 años, muchos de manera silenciosa, muchos quizá de manera pública, pero todo lo hizo desde el Evangelio y para ayudar a Nicaragua, acompañándonos a nosotros los obispos y también a la feligresía de este país», precisó el cardenal Brenes, quien destaca la labor que Sommertag realizó desde 2018 en el ejercicio diplomático y su compromiso con el pueblo nicaragüense.
Imploró que «esta experiencia le fortalezca y sea base para las nuevas misiones que sin duda el Papa le va a encomendar». Sommertag se vio obligado a salir del país el domingo 6 de marzo, una decisión que la Santa Sede ratificó que fue «incomprensible», al tener en cuenta su trabajo «por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente por los más vulnerables, buscando siempre favorecer las buenas relaciones entre la Sede Apostólica y las autoridades de Nicaragua». Tras las elecciones generales que Ortega ganó el año pasado en medio de cuestionamientos, su gobierno anuló por decreto la figura de «Decano del Cuerpo Diplomático», que correspondía al nuncio.
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