AUMÉNTANOS LA FE.

Por Mario Ortega.

Lc 17, 1-6. Auméntanos la fe. Lunes semana XXXII TO

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

-Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «lo siento», lo perdonarás.

Los apóstoles le pidieron al Señor:

-Auméntanos la fe.

El Señor contestó:

-Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.

📣  Síganos en Telegram

✅  Síganos en el canal de WhatsApp

🖐🏽 Colabore con Verdad en Libertad

📫 Suscríbase al boletín de VenL

Auméntanos la fe

  1. Si tuviéramos que definir a los apóstoles con cuatro o cinco adjetivos, uno de ellos bien puede ser el de temerosos. Efectivamente, cuántas veces los vemos asustados. Por diversos motivos: porque temen por su vida ―por ejemplo, en la tempestad del lago―, porque no saben cómo salir ante una dificultad ―por ejemplo, sólo dos panes y cinco peces para alimentar a la multitud― o también porque van descubriendo lo exigente que es el amor, como por ejemplo hoy, que Jesús les dice: Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «lo siento», lo perdonarás.
  2. Ellos se ven débiles e impotentes, asustados por su propia debilidad, incapaces de seguir al Señor con sus propias fuerzas, de perdonar siempre… Por eso, su petición hoy al Señor es clara, concisa y directa. Les sale de un corazón muy necesitado: Señor, auméntanos la fe. Cuánto le gusta a Dios que le pidamos más fe. Porque nos mostramos humildes ante Él, porque no dejamos que la dificultad o el miedo nos aplasten, sino que acudimos a Dios Omnipotente y misericordioso como niños, porque descubrimos que la fe en Él es el agarradero para poder escalar las cimas del Evangelio.
  3. La fe es la fuerza de los débiles humildes. Todos somos débiles, pero ese no es el problema, sino que lo malo es que no acudamos a Dios en nuestra debilidad, que permanezcamos soberbiamente asustados. Los apóstoles hoy nos muestran el camino: Señor, auméntanos la fe.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí