El último ataque islamista perpetrado por extremistas de etnia Fulani contra desplazados granjeros, mayoritariamente cristianos, dejó 35 víctimas mortales, el Viernes Santo 7 de abril, en Nigeria. El padre Remigius Ihyula, de la diócesis de Makurdi, envió un mensaje a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada para comentar lo sucedido. La diócesis de Makurdi está situada en el estado de Benue, en el Cinturón Medio de Nigeria, que sufre la violencia ejercida por los pastores Fulani contra los agricultores.
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Suscríbase al boletín de VenL«Los Fulanis entraron en un campo de desplazados internos para matar a estas almas inocentes. Al menos 35 muertos e innumerables heridos. Los campamentos de desplazados internos cercanos están ahora todos desorganizados. Fue un Viernes Santo negro para nosotros», afirmó el padre Remigius Ihyula, de la diócesis de Makurdi. El conflicto se vio agravado por una dimensión religiosa, dado que la mayoría de los Fulani son musulmanes y la mayoría de los agricultores son cristianos, y se teme que la violencia Fulani sea avivada los que quieren limpiar la zona de la presencia cristiana.
El padre Remigius explicó que la masacre se produjo en las proximidades del pueblo de Ngban, cuando los pastores Fulani asediaron la escuela primaria local. «El local es bien conocido y se utiliza como refugio para personas de asentamientos vecinos como Udei, que de vez en cuando acuden a la escuela para dormir debido al miedo y la inseguridad en sus aldeas. Junto a la escuela está la casa de Zaki Bernard Shawa, que también perdió a dos hijos en el ataque, mientras que frente a la escuela está la autopista Makurdi-Lafia con un puesto de control policial», sostuvo.
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