Musulmanes atacan con ácido al grito de «Alá es grande» a una familia por convertirse recientemente al cristianismo, en el distrito de Namutumba, en Uganda, tras intensificarse los ataques y persecuciones a cristianos conversos por parte de familiares en el país de África Oriental, donde el islam es una minoría. Juma Waiswa, de 38 años, su esposa de 32 años, Nasimu Naigaga y su hija de 13 años, Amina Nagudi, fueron agredidos, tras abandonar el islam el 17 de febrero pasado, y ser invitados a una reunión con sus familiares el 8 de marzo.
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«Durante la reunión, les dijimos que creíamos en Jesús y que nos convertimos al cristianismo. Nos dijeron que renunciáramos a Jesús, pero nos mantuvimos firmes en la fe», indicó Waiswa. «Cuando nos negamos a retractarnos, mi padre recitó algunos versos del Corán y comenzaron a golpearnos con palos a la fuerza como se prescribe en el Corán, alegando que éramos apóstatas. Como esto no era suficiente, mi padre entró en la habitación, tomó una botella de ácido y empezó a rociarnos mientras el grupo empezaba a gritar: ‘Alá es grande, merecen la muerte’», afirmó.
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— Morning Star News (@morningstarnewz) March 22, 2022
Waiswa y su familia lograron escapar para salvar su vida, sin ser conscientes de que habían arrojado la sustancia sobre ellos hasta que comenzaron a sentir «un grave escozor hasta que se intensificó el dolor». El hombre cristiano y su esposa, tras huir luego de que los atacan con ácido al grito de «Alá es grande», fueron trasladados al hospital junto con su hija, que estaba afectada de gravedad por las quemaduras. Días después el hogar familiar fue quemado por completo y actualmente permanecen en el hospital recuperándose de las graves lesiones. 4 días posteriores, un grupo de musulmanes atacó a Swaleh Mulongo, antiguo imán converso, en la aldea de Bugobi. Mulongo sufrió heridas profundas en la cabeza y se rompió la muñeca.
Los agresores de este tipo de ataques con ácido pueden ser castigados con hasta 7 años de prisión, pero «rara vez se acusa a los perpetradores», tal como precisó Linnet Kirungi, que ofrece cuidado a estas víctimas, a ‘Chimp Reports’. «De los más de 200 supervivientes de ataques con ácido con los que trabajé en Uganda, solo el 20% de los causantes fueron detenidos o enfrentaron consecuencias legales por los ataques», aseguró Kirungi. «La influencia del islam radical creció constantemente, y muchos cristianos dentro de las regiones fronterizas de mayoría musulmana se enfrentan a una severa persecución, especialmente aquellos que se convierten del islam», denunció la organización ‘Voz de los Mártires’.
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