El arzobispo de Imphal, Dominic Lumon, denunció que los disturbios anticristianos que se suceden desde hace 3 meses en la región de Manipur, en el este de India, son una «limpieza étnica». Explicó que la desconfianza y la hostilidad entre la población se incrementa, mientras la situación es «sombría y tensa». La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada precisó que más de 300 lugares de culto e instalaciones eclesiásticas fueron destruidos, así como también numerosos hogares de cristianos.
Colabore con Verdad en Libertad
«La apatía y el silencio de las autoridades continúan. Desde mayo, innumerables personas fueron desplazadas», afirmó el prelado, al acusar al gobierno local de inacción. Sostuvo que la Iglesia católica intenta proporcionar ayuda humanitaria, por lo que capellanes, monjas y ayudantes se encuentran con la distribución de alimentos y artículos de higiene. Enfatizó que también brindan atención médica y pastoral a la población. Lumon hizo un llamamiento a la oración por la conflictiva región. «El poder de la oración puede cambiar la mente de las personas guiadas por el odio y la intolerancia», consideró.
En el estado de Manipur, fronterizo con Birmania, aumentaron las tensiones étnicas entre la etnia meitei, predominantemente hindú, y las tribus cristianas kuki y naga. Estas últimas están reconocidas por el gobierno como «comunidad tribal registrada». El intento de los meitei de ser incluidos en la lista y las consiguientes contraprotestas de los residentes, temerosos de una mayor discriminación de las minorías cristianas, se convirtieron en excesos de violencia contra los cristianos. Mientras tanto, más de 100 kuki fueron asesinados y más de 500.000 personas huyeron.
Puede interesarle: Hinduistas avivan violencia contra cristianos con persecución abierta.