SAN ILDEFONSO.
Por Juan María Gallardo.
Fiesta: 23 de enero.
Según parece, los padres de Ildefonso, que se llamaban Esteban y Lucía, eran estériles. Vivían en la noble ciudad de Toledo, bañada por el Tajo. Lucía, un día que se encontraba sola, pidió con fervor a la Virgen María que le concediera un hijo y se lo consagraría al culto de su Hijo y a la propagación de sus virtudes. La buena esposa fue escuchada y el Señor les concedió, poco después, este niño a quien le pusieron el nombre de Ildefonso, que fue todo un presagio ya que significa: dichoso, feliz… y todo esto sería Ildefonso y haría a los suyos.
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Fue educado en las verdades cristianas y, sobre todo Lucía infundió en el corazón del pequeño Ildefonso una tierna y filial devoción hacia la Virgen María, de la que después seria un gran paladín.
Así lo retratan los biógrafos de la época: «Era de gran estatura, temeroso de Dios, grave en el andar, muy religioso, modesto, afable, piadoso y siempre complaciente, menos en el pecado; favorecido con muchas gracias de inteligencia, elegante en la expresión, persuasivo en la predicación, celoso por la salvación de los hombres y entregado al amor a Dios y a la Virgen María…».
SAN ILDEFONSO.