Más de 230.000 fieles estuvieron en la salida de la procesión a las 4 de la madrugada de la celebración del Nazareno Negro en Filipinas, el jueves 9 de enero, que fue fiesta nacional por primera vez, después de que la Conferencia Episcopal Filipina (CBCP) votara su aprobación. El cardenal y arzobispo de Manila, José Advíncula, presidió la Misa central de uno de los acontecimientos más importantes para la Iglesia en el país.
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Suscríbase al boletín de VenLAdvíncula destacó en la homilía cómo Cristo trastocó la relación entre vida y esperanza, al indicar el principio de que «mientras hay esperanza, hay vida». «Tenemos esperanza porque Jesús de Nazaret sigue vivo en nuestros corazones, a nuestro alrededor, y vive con nosotros. No nos matemos más unos a otros vivamos con esperanza en Jesús», afirmó.
La Conferencia Episcopal de Filipinas aprobó la designación del 9 de enero como «Día Nacional de Jesús Nazareno» durante su 126 asamblea plenaria. El tema elegido para la edición de este año fue «La obediencia es mejor que el sacrificio para los que confían en Jesús» y está tomado del primer libro del profeta Samuel (15:22).
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