DIÁLOGO VIVO CON SAN PABLO (30).
Por Silvio Pereira.
30. No les falta ningún don de gracia
Augusto Apóstol San Pablo, queremos escucharte y dialogar contigo vivamente, en esta ocasión acerca de tus enseñanzas a la comunidad de Corinto.
Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, y Sóstenes, el hermano, a la Iglesia de Dios que está en Corinto: a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con cuantos en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor nuestro, de nosotros y de ellos gracia a ustedes y paz de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo. 1 Cor 1,1-3.
Por voluntad de Dios. ¡Qué consolador, hermano mío, es hallar a alguien que pueda reconocer y afirmarse enteramente en la Voluntad de Dios! ¡Cuánta paz habría en nuestra vida si tuviésemos certeza en la fe, la esperanza y el amor que vivimos lo que es proyecto de su Gracia! O al menos si tuviésemos una recta conciencia y una veraz intención de configurarnos a su Santa Voluntad con alegría y convencimiento de que no hay nada mejor para nosotros! ¡Bástenos pues estas palabras acaso circunstanciales en apariencia pero tan centrales y hondas. ¡Vivamos según y para la Voluntad de Dios!
A los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos. ¡Me admira tu clara contundencia, tu puntería certera para dar en el blanco! ¡Tú sabes al saludar a la comunidad cristiana quién eres según el proyecto del Padre en Cristo! ¡Como también sabes quiénes son tus hijos de predicación y hermanos de camino en ese mismo plan de salvación: santificados para ser santos! A quienes nos leen repítanlo con nosotros: santificados en Cristo para ser santos. Tú y yo no somos de Corinto sino de la actualidad del mundo de hoy pero la elección y llamado es el mismo. ¿Quién eres tú cristiano? Un elegido y llamado para ser santo en Cristo para la Gloria de Dios, su Padre.
Doy gracias a Dios sin cesar por ustedes, a causa de la gracia de Dios que les ha sido otorgada en Cristo Jesús, pues en él han sido enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento, en la medida en que se ha consolidado entre ustedes el testimonio de Cristo. 1 Cor 1,4-6.
Doy gracias a Dios sin cesar por ustedes, a causa de la gracia de Dios que les ha sido otorgada en Cristo Jesús. Así dejas traslucir tu pastoral amor paterno, lleno de contento por la gracia de Dios conferida a quienes te han sido confiados. ¡Y eso ya es enorme! ¿Acaso es tan fácil hallar hermanos que se alegren por las gracias que recibimos del Señor? ¡Por cierto que los hay y no nos faltan! Pero también los hay envidiosos, competitivos y quienes quisieran reducirnos a mediocridad porque no aceptan la corrección que erige un intento de vida santa. Como no están dispuestos a salir de su pecado, intentan igualarlo todo siempre para abajo, hacia la degradación y la convalidación de lo que en cambio debería ser purificado.
En él han sido enriquecidos en todo, en la medida en que se ha consolidado entre ustedes el testimonio de Cristo. Pues sabes bien que el testimonio firme, valeroso y fiel de Cristo hace crecer a cada discípulo y madurar a la Iglesia volviéndola fecunda. Por supuesto que una deficiente, temerosa o acomodaticia presentación de la fe para contentar al mundo irá en el otro sentido, causando languidez y tristeza, frialdad de espíritu y falta de novedad. Ya ha sucedido en la historia. ¡Que vuelva a enterarse la Iglesia de Dios que peregrina en los inicios del siglo XXI! ¡Sólo la fidelidad a Cristo y a su Evangelio dará sentido verdadero y acceso a inestimables riquezas de Gracia en el Señor! ¿Quieres ser rico delante de Dios y según sus mercedes? Pues solo ocúpate de ser fiel a Cristo y dar buen testimonio de Él con tu vivir.
Así, ya no les falta ningún don de gracia a los que esperan la Revelación de nuestro Señor Jesucristo. Él los fortalecerá hasta el fin para que sean irreprensibles en el Día de nuestro Señor Jesucristo. Pues fiel es Dios, por quien han sido llamados a la comunión con su hijo Jesucristo, Señor nuestro. 1 Cor 1,7-8
Ya no les falta ningún don de gracia. ¡Es verdad, no nos falta ningún don de Gracia, nos han sido dados todos en Cristo! Aunque el proceso de hacer nuestra la Gracia recibida, dejando que nos transforme, es un camino que requiere tiempo. ¿Pero al fin para qué nos han sido dados estos auxilios divinos? Pues para vivir en comunión con Dios. Y la comunión con Dios, plena y eterna, es lo que llamamos ‘Salvación, Reino, Cielo, Bienaventuranza y Gloria’.
Si pudiéramos salir del mal sueño engañoso de la modernidad, ese sueño antropocéntrico que no es más que la reedición del viejo pecado de los demonios –no serviré– y del Adán caído que espera ser como Dios pero sin Él, usurpando su lugar. Entonces comprenderíamos la hermosa magnitud del saludo que nos diriges también a nosotros, San Pablo, en el presente: Sean benditos porque en Cristo nos le falta ningún don de Gracia para ser santos. Amén.
El Padre Silvio Dante Pereira Carro es también autor del blog Manantial de Contemplación. Escritos espirituales y florecillas de oración personal y tiene el canal de YouTube @silviodantepereiracarro . Su perfil en Facebook es Pbro Silvio Dante Pereira Carro.
DIÁLOGO VIVO CON SAN PABLO (30).