Francisco mantuvo un programa de viajes en 2024 que incluyó Asia y lo llevó a realizar su primera visita a Córcega, además de visitar Bélgica y Luxemburgo, a pesar de los problemas de salud que llevaron a cancelar su viaje a Dubái para la COP 28. El viaje apostólico más largo del Pontífice fue la gira de 12 días por el Sudeste Asiático y Oceanía en septiembre pasado.
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Suscríbase al boletín de VenLEl Papa visitó en Indonesia los terrenos de la mezquita Istiqlal de Yakarta, donde se unió a los líderes musulmanes para discutir los desafíos globales y firmó una declaración conjunta. En Papúa Nueva Guinea, se centró en las comunidades indígenas mientras bendecía un nuevo hospital para marginados. El mensaje de esperanza del Papa alcanzó su pico numérico en Timor Oriental, donde aproximadamente 750.000 personas —casi 2 tercios de la población del país— se reunieron para la Misa en Dili.
El Pontífice realizó en septiembre su visita a Bélgica, donde el primer ministro Alexander De Croo criticó el rechazo de Francisco al aborto. La disputa distrajo la atención del verdadero objetivo de la visita a Bélgica: las celebraciones del 600 aniversario de las universidades católicas de Lovaina y Lovaina la Nueva. Antes, en Luxemburgo, Francisco había alentado a los católicos a evangelizar una Europa cada vez más secular.
El año de viajes papales finalizó de manera histórica el 15 de diciembre pasado en Córcega, donde Francisco se convirtió en el primer Papa en visitar la isla mediterránea francesa. Su participación en una conferencia diocesana que abordó la piedad popular enfatizó la importancia continua de las devociones locales para mantener la identidad católica.
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