El cardenal y limosnero pontificio, Konrad Krajewski, entregó una ambulancia y 6 ecógrafos para hospitales dañados en Ucrania, como signo de la cercanía del Pontífice al pueblo que hace casi 3 años sufrió la invasión de Rusia. En Adviento y Navidad se incrementaron los bombardeos y asaltos.
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Krakewski visitó aldeas dañadas, junto con el nuncio Visvaldas Kubolkas. Ambos entregaron en Leópolis (Lvov) una furgoneta medicalizada del servicio de caridad pontificia, y también 6 ecógrafos dedicados a hospitales golpeados por las bombas y drones rusos. En Fastiv, el purpurado inauguró un comedor social y se hizo fotos con los niños del lugar, con trajes tradicionales para una obra navideña.
«La otra tarde, cuando volví a Kiev, el Santo Padre me telefoneó, quería saber cómo se lleva a cabo esta misión que, como sabemos, es un poco peligrosa», afirmó. En Fastiv también visitó una ‘casa social’ de ancianos. Según la costumbre navideña de varios países eslavos, visitó a los enfermos partiendo pan blanco.
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