SAN JUAN CANCIO.
Por Juan María Gallardo.
Fiesta: 23 de diciembre.
La católica Polonia ha sido siempre fecunda en hijos que han escalado la más encumbrada santidad. Cerca del hoy tristemente célebre Auschwitz, donde fueron martirizados en la última Guerra mundial más de cinco millones de hombres por los nazis, nació nuestro futuro santo. Su ciudad de la que tomaría el nombre se llamaba Konty. Cuando nace nuestro protagonista pertenecía a Silesia, pero cuando muere ya formaba parte de Polonia. A la pobre Polonia le ha tocado en múltiples ocasiones ser bocado de unos y de otros, ya que al no tener fronteras naturales, parece como si todos tuvieran derecho a apropiársela.
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Suscríbase al boletín de VenLNació el 1390 en una familia profundamente cristiana y recibió en el seno familiar una seria formación en el amor a Jesucristo, a la Virgen María y a la Iglesia. Sus padres, desde muy niño, le inculcaron, sobre todo, el ejercicio de la virtud de la caridad en la que descollará de modo admirable nuestro Santo a lo largo de toda su vida. Cracovia era el centro del comercio de casi toda Europa. Allí acudían a proveerse, de cuantas cosas eran necesarias para el comercio, todos los más afamados comerciantes de diversas naciones europeas.
SAN JUAN CANCIO.
